Diario de León

EL CORRO

El nuevo delegado marca territorio

Publicado por
PEDRO VICENTE
León

Creado:

Actualizado:

A la hora de encajar el sodoku de sus listas electorales para el 24 de mayo, el PP de Castilla y León ha echado mano de varios altos cargos de la Administración Central, propiciando, entre otros cambios, el relevo del delegado del Gobierno y de cuatro de los nueve subdelegados que forman su equipo. El vallisoletano Ramiro Ruiz Medrano, a la sazón presidente provincial del PP, ha cedido el testigo al antiguo juez decano de León, Juan Carlos Suárez Quiñones, quién, dada su condición de magistrado, ni siquiera milita en el partido.

En su primer encuentro con los medios de comunicación, el nuevo delegado ha dejado un titular ciertamente llamativo: «No voy a ser un muñeco al que muevan por detrás». Un mensaje directo con el que marca territorio y reivindica su autonomía ante posibles injerencias en el desempeño de su cargo. Lo iremos viendo con el tiempo, pero esa advertencia presagia una determinación de la que ha carecido su antecesor.

En su discurso oficial de toma de posesión, Suárez Quiñones ha demostrado tener muy clara la función bidireccional de su nuevo cargo. Como no puede ser de otra manera, en tanto que representante del gobierno central, le corresponde asumir y defender sus posiciones. Pero ello no está reñido con la de trasladar, vía interna, a ese mismo Ejecutivo las demandas y reivindicaciones de la población de esta comunidad autónoma. Sin sensibilidad sobre estas últimas malamente se puede tratar de acercar posiciones y de evitar el enquistamiento de los conflictos —que los ha habido y los sigue habiendo— entre el Gobierno central y la Junta.

Esa mediación se ha echado en falta en la gestión de Ruiz Medrano, quién ha dado la sensación de ponerse sistemáticamente de perfíl cada vez que el gobierno Herrera ha entrado en colisión con algún ministerio. El conflicto con el ministro Soria sobre la minería del carbón es un caso paradigmático. Si el presidente de la Junta ha fracasado manifiestamente en el intento de hacer comprender a Soria la repercusión social y económica del problema, no existe constancia de que el anterior delegado ni siquiera lo haya intentado.

Aunque su horizonte está limitado al de la celebración de las próximas elecciones generales, la declaración de principios con la que llega Suárez Quiñones marca un nuevo estilo. «No habremos cumplido nuestro cometido si dejamos sin resolver un problema, si dejamos de escuchar una sola voz», ha dicho durante su toma de posesión. Casi nada.

No estaría de más que los subdelegados del Gobierno —los cinco que ya estaban y los cuatro que han llegado nuevos— tomaran buena nota y obraran en consecuencia. Algunos de ellos recuerdan demasiado a los antiguos gobernadores civiles a los que sustituyeron a partir de 1997.

tracking