Se encañan

Trae mayo a la memoria necesariamente aquel Romance del Prisionero de cadencia pegadiza y tristísima belleza, ese romance anónimo que es una de las canciones más viejas de España, pues viene rodando sin mayor abolladura desde que la tocaban juglares con mandolina y pastores con rabel en el siglo XV... mayo ya en el primer verso: Que por mayo era, por mayo, cuando hace la calor, cuando los trigos se encañan y están los campos en flor... qué bonito... y sigue: cuando canta la calandria y responde el ruiseñor, cuando los enamorados van a servir al amor... pero quééééé bonito, ¡servir al amor!... los poetas de barra y los que tenemos la pluma bruta sólo alcanzaríamos a trocar el «se encañan» por el «se encoñan».

Después, el prisionero dice que se halla en una mazmorra donde no sabe si es de día o de noche, a no ser por el canto de una avecilla que le llega por la tronera amaneciéndole a los días y al penar, pero se la mata un ballestero y entonces se caga en sus muertos... así acaba el romancillo, maldiciendo.

Al final, la vida es triste..

Mayo arrancó mojado y acabará mojado; primero, de lluvias; al final, de lágrimas... tras unas elecciones es lo que toca... ya se sabe, post coitum, tristitia... en su secreto llorarán todos, menos les Citoyens, a los que les tocará la lotería de este revuelto sorteo siendo, además, la primera vez que juegan, hay que joderse, pues parece evidente que no lo ganarán ellos por su cara bonita, sino que lo perderán vergonzantemente los otros... por corrutos... o sea, tras su precipitado «formez vos bataillons», les citoyens pescan gratis el castigo popular y pillan su cabreado cheque en blanco, uy, ojo... y tras la jornada electoral, todo el resto pondrá sonrisa frígida a la cámara, pero llorará en sus recámaras por no alcanzar nadie el orgasmo... gatillazos habrá a manta... y un animoso perroflauta con rabel cantaba ayer, a la tarde, en la plaza del Grano:

Que por mayo era, por mayo, cuando encela el promotor, cuando los votos se encoñan y el cargo se hace tumor, cuando canta la corneja y responde el evasor, cuando unos mil procesados se nos van de flor en flor... de rositas,... con glamor... y derechita me la bailo yo.