PANORAMA
Mal CIS del PP
T odavía no se había producido el ‘trauma Rato’, ni tampoco hay nadie capaz de evaluar en cuanto hubiera incidido en la encuesta del CIS. Por no saber, no sabemos si desde que se realizó, la opinión de los encuestados hubiera arrojado resultados muy distintos. Lo que sí sabemos es que la encuesta con el campo más amplio de cuantas se hace en España y sabemos que se ha realizado en un ambiente ya electoral.
En los grandes titulares la novedad no es excesiva, ya que antes que el CIS otras encuestas habían anunciado la bajada de Podemos que, muy lejos de sus pretensiones, no va a liderar a la izquierda española y sabíamos también que el PP, en el conjunto de España, iba a ser la fuerza más votada. De acuerdo con el CIS, los dos grandes partidos, juntos apenas llegar al 50% de apoyo ciudadano, lo que indica un serio declive del bipartidismo que hemos conocido. Lo novedoso y «complicado», por decirlo de algún modo, es que los «nuevos» no sustituyen a los «viejos». Ciudadanos queda aún muy lejos de poder liderar el centro-derecha español, y Pablo Iglesias, por mucho que Sánchez baje en valoración ciudadana, se perfila cada vez más como el líder de una formación política que no deja de ser, en gran medida, una «escisión» de Izquierda Unida.
Como ocurre siempre, los flancos que se prestan al análisis son muchos, pero en este caso resulta llamativo y para ellos alarmante, el que este es un mal CIS para el PP. Será la fuerza más votada, pero puede ocurrir que del mapa del poder desaparezcan muchas chinchetas azules.
No es un buen CIS para el PP y tampoco para la gobernabilidad del país. El PSOE parece dar síntomas de una cierta recuperación pero todavía muy leve; demasiado leve como para pensar que por el lado socialista la estabilidad va a ganar puntos. Al contrario. Se impone, como ya sabíamos antes de la encuesta de CIS, el realismo del pacto y a ello tendrán que ir nuestros responsables políticos que nos van a dar tardes de gloria con declaraciones, esperas, ofertas y contraofertas que van a trufar los próximos meses de la vida política.
En poco tiempo, las urnas nos dirán los aciertos y errores del CIS que lo único que de verdad vaticina es que corremos el riesgo de instituciones sino ingobernables, si sujetas a los afanes de poder de unos y otros, al postureo y demás triquiñuelas. ¿No son los pactos legítimos?. Desde luego que sí, e incluso necesarios aunque no se necesiten pero una cosa es poner en valor la cultura del pacto que fue la que hizo posible, nada menos, que la transición y otra, muy distinta la zarabanda que se nos augura.