Diario de León
León

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Al inventor de la calle habría que ponerle una. Tuvo una gran idea. La mayoría de los políticos sólo se acuerdan de pisarla antes de las elecciones, cuando salen a buscar votos, o ya después de ellas, al preguntarse dónde los han perdido. Y los pierden en la rúa, donde transcurre la vida. También en columnismo la calle es para quien se la trabaja. Hace unos días, me espetó sin avisar un cartero en Gran Vía de San Marcos: «¡tengo yo un hijo del Real Madrid y lo tiro al Bernesga!». Le dije: «Oiga, que el mío es culé». Me contestó con el desparpajo de quien sabe bien dónde pisa: «Si lo digo por usted, que es madridista...le leo». Añadí: «pues cuando los suyos se independicen le recibiremos con los brazos abiertos en el Bernabéu, si pide antes perdón, claro». Y él: «se puede cambiar de mujer, de voto y de casa pero jamás de equipo de fútbol. ¿Conoce algún caso?» Ni uno. Ven, la calle es el único lugar donde un cartero desconocido te puede plantear una conversación así. Pero estas no han sido las únicas palabras que me han reflejado la realidad poliédrica de mi ciudad. Hay otras voces. El otro día en Lucas de Tuy escuché a una señora, más cercana ya a los ochenta años que a los setenta, que iba hablando en voz muy alta por el móvil. Una señora normal, que se dice. Clamó a su interlocutor o interlocutora: «más jodida estoy yo... y no de abajo sino de arriba». Ni siquiera estaba enfadada. Uno ignoraba que las señoras normales también se expresan como el pirata Bocanegra. A pie captas mejor por dónde va la calle. Y, quizá, también mejor por dónde vas tú.

Los partidos creen que pisarla consiste en encargar una macroencuesta, que les costará un pastón por decirles con gráfico todo aquello que cualquier ciudadano puede contarles gratis: que a cinco de cada tres españoles nos gusta la Pedroche. Tampoco hay que saber estadística. Basta con andar, ver, escuchar más allá de las moquetas.

La calle es la gran radiografía del cómo somos y del cómo estamos; todas, no únicamente aquellas cuyas farolas llevan monóculo. Cáritas lo sabe muy bien, en 2014 ha ayudado a 4. 668 leoneses, un 6% más que en el año anterior. A poco que pongas atención, una pequeña historia lleva dentro el callejero de la vida.

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