Tras las monjas

T endrá que apearse el señor agorero del burro de Leviatán con el que cruza la patria profetizando la debacle tras llegar a muchas alcaldías los radicales, indeseables y frentes populares maquillados por la señorita Pepis y aupados por la tele (en privado o en la barra dice «la chusma»).

El agorero nunca cesa de agorar males conocidos, repúblicas degeneradas por conocer y alzamientos fratricidas que damos ya por familiares. Volveremos al 36, vaticina, sólo han pasado ochenta años (vaya, nada). Aquel fragor social aún aterra en las rinconadas de la memoria nacional, así que augura que se repetirán calcados aquellos hechos y señala la conjunción de sus tres astros fatídicos: el independentismo en auge, los soviets en los barrios y el sindiós en las corporaciones.

Pero hoy no es entonces, quiá, dijo Sócrates, a este país no lo conocería ni la bisutería que lo parió, mandan otros modos y nuevos problemas, aunque lo siga rigiendo la mala hostia con la que nos destetan a los españoles y nuestra inclinación al tragicón comediante.

No, hoy no es lo mismo.

Y tiró de un ejemplo clarificador: las monjas... en el 36 las violaban los milicianos antes de quemarles el convento y hoy son unas monjas de amplísimo respaldo mediático las que arengan a los milicianos y encabezan sus marchas independentistas, sus clamores de desahuciados, sus barricadas morales o sus libelos... son dos monjas bravas y, según doña Presen, unas zorras deslenguadas que mejor estarían cosiendo y rezando en su clausura... son la dominica argentina sor Lucía Caram y la benedictina catalana sor Teresa Forcades, agitadoras sin apearse del hábito y sin que sus superiores les tosan mayormente porque no hay quien les cierre la boca... palabras dicen.

Si Caram es la Pasionata , Forcades es la Intemerata : doctora en medicina, doble teóloga por Harvard-Barcelona, ensayista, política independentista, mística en pie... y se lleva tan bien con Ada Colau, que acordaron el lunes ir juntas a las elecciones catalanas... uf, temblará el misterio con esta alianza.

En el 36 iban curas en listas electorales (en León, tres)... hoy ninguno, son monjas... ¿y dicen que no cambió España?...