Diario de León
León

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Tengo una cinta de VHS por ahí perdida con la banda sonora de las fiestas caseras de mis primeros años de universidad. La poníamos de fondo, como se pone la radio en las peluquerías para matar conversación, mientras abríamos la puerta a quien quisiera entrar, por si en una de esas había suerte y nos traían de comer entre bebidas. Ni siquiera mirábamos para ella, pero de repente alguien caía en la cuenta de que venía una de esas escenas ya rayadas y entonces subía el volumen. No se oía nada, ni falta que hacía: nos las sabíamos de memoria. «Mira nena, aquí hay una cuestión: el concepto es el concepto. Ésa es la cuestión», le soplábamos a Pazos. Y nos tirábamos por el suelo.

Me acordé de Airbag el otro día cuando vi las fotos de López Sendino sentado frente al psiquiatra de la Junta y a Silván para negociar el pacto de la UPL con el PP. Una escena como la que rodó Juanma Bajo Ulloa en el estadio de la Peineta, donde Pazos borda ese diálogo monumento al absurdo en el que se dan tantos sobreentendidos que nadie sabe de lo que hablan, salvo de que hay dos maletines extraviados: uno cargado de farlopa y otro de dinero, y de que si no se llevan bien «va a haber hondonadas de ostias». Casi 20 años después, se imagina uno a los protagonistas del remake, en Valladolid, en las delirantes negociaciones, sin saber si hablan de centollos, de «carreteras de circuncisión» que dependen del Gobierno y sale gratis prometer, de cómo explicar por qué zonas de Castilla «nadan en la ambulancia» o del airbag del leonesismo a punto de reventarse para salvar del siniestro a Herrera en la sesión de embestidura. «En tanto en cuanto nos den lo que es nuestro, discutiremos el concepto con el fin de discutirlo», acierta a decir Manquiña, revisitado por el líder de los leonesistas, con su vicesecretario general, José Antonio González, al teléfono con el manos libres para vigilar que se cumpliera lo que había urdido.

Pero la comedia la rompió de un golpe al día siguiente C’s al pactar con el PP, que ya dice el padre de mi primo Pelos Dulces que de casar mal siempre es mejor que se joda una casa sola. El chiste estalló cuando los tambores del leonesismo ya sonaban para el concejo en el que se iba a someter a votación el pacto descafeinado de identidad: desaparecer ahora, por fascículos o aprender de la historia de los mil suicidios de la UPL: esa que avanza hacia su capitulación cada vez que se convierte en culo de asiento en vez de ortiga. «Pero, ¿y el concepto, eh? ¿Eh? ¡Amiga! ¡A los hechos me repito!». Pazos, vuelve.

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