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TRIBUNA

Tsipras, un perverso flautista de Hamelín

Publicado por
Venancio Iglesias Martín Catedrático de Literatura
León

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U na cierta tolerancia que aprendí contra Miguel de Unamuno en mis años jóvenes me hace entender que de la mentira a la verdad no hay un salto y que muchas veces la mentira toma el gesto serio y hasta caballeroso de la verdad; que, si no es aconsejable la mentira para obtener un beneficio, puede que en ocasiones la necesidad la haga disculpable en parte. Que la Política y el Parlamento son la catedral de la mentira, también lo decía Unamuno y lo conocía por dentro muy bien merced a aquellos ojos de aguilucho tras sus gafitas de ligera montura. Pero esto es excesivo.

Un respetado periodista griego, llamado Yorgos Papadópoulos Tetradis, que firma con el pseudónimo Kairós (el Tiempo), que trabajó para Syriza con el encomiable deseo de que triunfara la nueva política que parece que traía el neocomunismo(?), ha roto su silencio ante los últimos acontecimientos y ha pedido perdón —signomi— por su propia responsabilidad en ellos, apoyando un partido del que no vio con claridad la dirección nada democrática que tomaría. La conciencia noble suele pararse, recapacitar, cambiar de opinión y rogar perdón por el daño que hubiera producido su palabra o su acción.

En un demoledor artículo, Kairós levanta las faldas del partido griego en el poder y denuncia con esa valentía que ignora el peligro, denuncia digo, la intención torcida, las mañas y las mentiras con que una izquierda comunista dirige todo un país hacia el caos monetario y la consiguiente catástrofe social repitiendo una y otra vez la palabra «dignidad» la «palabra honor» como si eso fuera patrimonio exclusivo suyo y la palabra «democracia» como si fuera un concepto unívoco.

Europa representada por la troika, tiene mucho de «capo mafioso» —dice este periodista, pero a todo hay quien gane, digo yo. La mendacidad y la falta de pudor no era esperable en el grupo en el que muchos creímos y suponíamos que sería un ejemplo para el emergente partido español Podemos. ¡La mentira! (Pedro Sánchez afirmaba en la tele que «P. Iglesias (a este paso voy a tener que cambiar de apellido) miente más que habla». Quizá exageraba. Pero si decía la verdad, ¿cómo es que tras las elecciones perdía el culo por pactar con el partido de la mentira?). ¿Acaso la mentira no es corrupción moral que persigue fines corruptos? ¿Acaso la persecución que se hizo de Ana Mato o de Aguirre era buena por ser de la izquierda y es de muy mala baba recordar a Pablo Iglesias que también él merece la misma persecución porque su novia o pareja o lo que fuere (¡maldito Zapatero!) esta implicada en la misma indecencia? A ninguna de las dos mujeres (o las tres) le perdonó el humor español que no supieran nada del negocio. ¿Tenemos que perdonarle a él porque dice que no es de esa casta, que no sabía nada? Por todos los diablos y alguno más, ¿qué espera? ¿Y resulta que Pedro quiere poder y Pablo es un mentiroso y se van del brazo? Y mientras Pedro preside su iglesia, Pablo la funda y adoctrina. Ahora resulta que los dos mienten y que será muy difícil desentrañar de quién es la falsedad más gorda y quién miente más. ¡Y Pedrín todavía mantiene el nombre del partido aquel de la ilusión cuando salimos de la dictadura. ¡Qué bien sonaba PSOE! ¡En fin! Volvamos a Syriza.

El tono de Kairós es duramente analítico y el coraje mesurado como de quien se siente también responsable en el desastre. Ya no hay duda —dice— «tras la retirada unilateral de Grecia con toda descortesía, y posterior anuncio de referéndum». Ya no hay duda; «o bien aquellos que nos gobiernan son unos insensatos y unos irresponsables, o bien desde un principio llevaban en su programa no negociar seriamente para poder abandonar la mesa de las negociaciones cualquier día, acusando a sus interlocutores de ¡intransigencia! para devolver la Nación al dracma. ¡Las cosas ya estaban planificadas! ¡Naturalmente de todo tienen la culpa los extranjeros! Igual en la catástrofe de Asia Menor, como en la guerra civil, como en el 97, igual que en el 67. Ellos, nuestros políticos eran las víctimas propiciatorias». ¡Victimismo y rechazo de la propia responsabilidad son caracteres del nuevo comunismo! El que quiera entender que entienda. ¡La culpa la tiene Europa! Sí. Esa frase libera al Gobierno irresponsable de la peliaguda tarea prometida de sacar a Grecia de la crisis. Igual que Podemos, que cree que puede sacarnos de la crisis económica, con medidas políticas y maldiciendo de la corrupción de los demá. Anda y que os zurzan. Y empezábamos a creérnoslo.

Se me va el santo… Si Grecia no sale de cualquier atolladero los políticos echan la culpa a Europa. La catástrofe de Turquía devolvió a Grecia derrotada un millón setecientos mil griegos que vivían Asia menor. Kamal Atatur derrotó y expulsó a los griegos, que dirigidos por Benizelos, habían llegado hasta Esmirna y Ankara. Esa fue la «Gran idea» de Benizelos expulsar al turco de los antiguos territorios griegos. Cuando fracasó echó la culpa a Francia e Inglaterra por no darle la ayuda prometida. Y en las demás fechas ocurre lo mismo: La culpa es del extranjero.

Después «Kairos» enumera y destripa seis mentiras más, que podríamos y tal vez lo hagamos, exponer aquí por su boca.

Y hay otra mentira de Tsipras que nuestro periodista deshace: «El referéndum muestra el deseo de nuestro pueblo» Europa conversaba con el representante de todos los griegos. Nunca tuvo dudas de legitimidad. ¿Para qué un referéndum? Supongamos que alcanza ahora un 50 % de apoyo que es mucho dadas las encuestas. ¿Ante Europa debe ir diciendo que le apoya el 50% de los griegos? Pero si Europa le concede el 100% del apoyo… Kairós machaca desde otro ángulo.: «¡La verdad es que (esa convocatoria) es la acción más cobarde que puede realizar un gobierno! Ante todo, no se propone jamás a un pueblo algo que le será particularmente doloroso. ¡Y tanto que le será, sea cual sea el resultado! Al pueblo hay que protegerlo de los hechos más dolorosos; las decisiones dolorosas debe tomarlas el Gobierno. Para eso ha sido elegido, no para irse de cervezas por las cafeterías de la plaza Sintagma. ¡Y sé de lo que hablo!» ¡Mala la política que se hace en bares! Y ya está en marcha la propaganda oficial para que el pueblo quiera lo que quiere el Syriza

Hasta siete mentiras de Tsipras deshace este periodista que Dios bendiga por su valentía y buena información de primera mano: miembros componentes de los negociadores técnicos griegos.

Syriza ha llevado al pueblo al abismo, colocándose a la cola y arreando con slogans a la multitud, hacia el borde abismo. Un perverso flautista de Hamelin.

A lo mejor continuamos por este camino dentro de unos días pero hoy, aquí te dejo lector que estoy más que hinchado de la política y no tengo más que dolor por un pueblo que no se merece ese tipo de gente. Ni esta ni la anterior. En sus canciones aparece constantemente la palabra «hema» que significa sangre y que tienes en la palabra hematología. Un pueblo con una historia dura de sangre, bien merecía un poco de compasión por parte de sus dirigentes y de los dirigentes europeos. Por Dios, que cese inmediatamente esa tortura. Y si hay que perdonar la deuda que se haga, pero echen a estos sinverguenzas mentirosos y exijan un Gobierno de técnicos que sepan los mecanismos del Euro. Aquí me quedo. Tengo la estampa trágica de un hombre solo, gritando ante la elegante casa de Varufakis: «Baja aquí y explícame dónde está mi dinero. Estoy enfermo y no puedo ir al médico».