Diario de León
Publicado por
PEDRO TRAPIELLO
León

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T odo cabe en las puertas de los aseos de un establecimiento público, tanto por delante, cuanto más por detrás... todo.

Importa hoy aquí el por delante, donde van los rótulos de identificación de género que distinguen los retretes: esta puerta para mujeres , esta para hombres (muyeres y homes , si es un chigre de Arriondas). En algunos sitios hay otra puerta que deja claro con el logo internacional de una silla de ruedas a quien está destinada; ahí no hay confusión, el problema está en las otras dos.

Si el establecimiento es clasicote habrá dos letretos: Señoras y Caballeros ; en este caso, el orinante no tiene dudas, aunque crea que seguir llamando a los hombres «caballeros» es muy chorra a estas alturas (¿dónde atan el caballo?) y es mucho suponer, sobre todo viendo al tipo que acaba de salir de allí.

Ahora es frecuente no poner letras y recurrir a imágenes o símbolos: ahí va el clásico nene y la nena en su bacinilla (qué ricos, Mavi los tiene puestos en el baño de su casa, pa qué)... o unas siluetas masculina y femenina que escaparon de algún semáforo... o los retratos típicos de un duque ensombrerado y una madama pelucona de amplio escote que no obligan a trabajar a la imaginación que hay que reservar para el lugar que va de moderno/abstracto o de original/surrealista, ahí vienen los problemas... aunque ninguno tan insuperable al cazurro como el de algunas tascas vascas donde los rótulos del WC van en euskera, sólo en euskera, claro... ¿y qué hace?... pues se ahueva, no se arriesga, se aguanta el apuro y al salir de allí mea entre dos coches, en una rinconada... o en el ábside de la iglesia, que los ábsides se prestan de antiguo para que se alivie en ellos el feligrés que no soporta ya el apretón si la misa es larga o la procesión lenta.

En declive lo de señoras y caballeros porque es rancio y es mentira, junto a sus iniciales S y C tan frecuentes, un local nuevo muy de diseño pop-cutre-lady y con luces epilépticas que provocan conjuntivitis distingue las puertas de sus aseos con unas enormes H y M (hombres y mujeres)... vale, tío, modelnete... pero hasta Octavito tuvo sus dudas: ¿aquí Hembras y ahí Maromos?... y le tuvimos que sujetar.

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