EDITORIAL: Exigencia en el carbón, respuesta muy tímida
La toma de posesión del presidente de la Junta tuvo como eje conductor la actual crisis del carbón. La presencia de la vicepresidenta del Gobierno ofreció a Juan Vicente Herrera una ocasión de oro para hablar con claridad sobre un problema que conoce perfectamente Soraya Sáenz de Santamaría, que inició en León su carrera profesional como abogado del Estado y tuvo la oportunidad de participar activamente en casos relacionados con el carbón. Herrera volvió a poner sobre la mesa los problemas que sufre la minería energética y reclamó una solución urgente. Planteó a Sáenz de Santamaría que se pase de las «musas al teatro» para dar garantías al sector: «No desmayes es un tema muy complejo, si fuera sencillo otros gobiernos lo habrían resuelto». Pero ahí topó con una frialdad a través de una respuesta especialmente tímida de la vicepresidenta, que se limitó a recordar eso, las complicaciones, y a desviar el conflicto hacia la Unión Europea.
El problema es que ayer de nuevo, tanto en este contexto como en la reunión de la Mesa del Carbón en Madrid, volvió a otorgarse un protagonismo excesivo a las prejubilaciones. Es verdad que son necesarias y que se deberán investigar con rigor los casos de presuntas irregularidades pero sería un error ya cometido en el pasado volver a centrar las negociaciones sobre este aspecto. En el primer Plan del Carbón firmado por Aznar en 2008 fueron la clave. Sería un error volver a relegar la producción y a los mineros en activo.
