EDITORIAL. Pastor-Silván: un encuentro muy provechoso para León

La próxima semana se iniciarán las obras del tramo de la autovía León-Valladolid en el problemático tramo entre Puente Villarente y Santas Martas, paralizado por la exigencia de Patrimonio de un proyecto alternativo para salvar los restos romanos del entorno de Lancia. Un puente de algo más de un kilómetro desbloqueará el avance de la A-60 en ese punto en el que quedó clavada en 2011. Es el más importante de los acuerdos adoptados ayer en Madrid por la ministra de Fomento, Ana Pastor, y el alcalde de León, Antonio Silván, pero no el único, porque en relación con el mismo proyecto hay también un compromiso ministerial para que antes de fin de año se hayan licitado las obras de los casi 90 kilómetros entre Santas Martas y Villanubla. Con ello se completaría una infraestructura que lleva decenios amarilleando en los cajones de las administraciones sin más avances que los conocidos en los extremos de esta autovía largamente demandada e imprescindible para la vertebración de la comunidad autónoma.

Con la llegada del AVE ya definitivamente en septiembre, el proyecto de integración ferroviaria en el área urbana estará cerrado en octubre, de manera que en noviembre será licitado con la previsión de que las obras se inicien no más allá de la próxima primavera.

Y, en fin, en septiembre se retomarán las de la integración de Feve una vez resueltos los problemas administrativos sobre la competencia en la gestión del tramo urbano de la línea. Muchas y buenas noticias que, más allá del juego político habitual con elecciones en el horizonte, sí merecen en esta ocasión, por la solvencia de los actores, la creencia de que efectivamente se está trabajando en ello, con avances y fechas concretas. La A-60, que bate todos los récords de incumplimientos políticos, no sólo es una prioridad para León, sino una urgencia que, como tal, debe ser entendida por todos.