Montes quemados, inversión obligada

Los incendios, lamentablemente, saltan a la actualidad cada verano y algunos con consecuencias especialmente perjudiciales, como es el caso del que estos días ha arrasado la sierra de Quintana del Castillo y el que hace tres años convirtió en cenizas más de 11.200 hectáreas, parte de ellas en la sierra de Teleno. Más allá de buscar culpables, tarea en la que deben poner todo su empeño las fuerzas de seguridad, una vez apagados los últimos rescoldos llega el momento ineludible de que las administraciones asuman su responsabilidad en la regeneración de estos territorios asolados por el fuego, fuente de recursos para la población del medio rural y, en consecuencia, activo económico fundamental de la provincia. Expertos como el jefe del Servicio Territorial de Medio Ambiente defienden la gestión sostenible como eje de futuro de nuestras comarcas forestales y, asumiendo que el tiempo es el que marca la pauta en la regeneración de un monte quemado, es obligado no escatimar recursos para que las buenas intenciones se conviertan en una realidad palpable. El del Teleno es el ejemplo más evidente del colosal reto que tenemos entre manos. Devolver la vida y el potencial a una sierra abatida requiere inversiones y esfuerzos y, sobre todo, conciencia de que estos montes ofrecen recursos apenas explotados. El fuego es dañino, pero más lo es desatender las necesidades que surgen cuando reposan las cenizas.