Diario de León
Publicado por
José Antonio Librán Carro.Vega de EspinaredaGrandosoTim Hoolahan.
León

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Al incendiario de Ocero, El Espino y Espinarda

G racias pirómano, incendiario que en la tarde del domingo 26 de julio decidiste prender fuego al Carballal, montes del Espino, Espinareda y Ocero, próximos al monasterio San Andrés de Vega de Espinareda. Gracias pirómano, te lo habrás pasado bien viendo como queman los bosques de este hermoso paraje, orgullo de sus gentes y probablemente tuyo también. Te lo habrás pasado bien viendo a la gente de estos pueblos asustada con el miedo en el alma porque tú, desalmado, has decidido jugar con fuego. ¡Qué feliz te sientes! Has logrado tu objetivo, le has pegado un buen palo a la naturaleza, pero cuidado que ésta sabe defenderse, así que cualquier día ¡zas! te caza. ¿Dónde has estado todo este tiempo mientras los demás sufrían? ¿Has estado viendo tus fuegos artificiales? ¿Divertidos, verdad? ¿Y ahora qué? Pues ahora tu gran obra te perseguirá allá donde vayas, pensarás que todos te miran porque saben que fuiste tú, te remorderá la conciencia (si es que la tienes), tendrás pesadillas, no dejarás de pensar ni un solo instante en lo que has hecho …pero has logrado tu objetivo. Ves: ya no puedes pensar en otra cosa que en tu gran obra. ¿Satisfecho, incendiario?.

Adiós a mi vecina Soledad Villa López

H ace sólo unos días desde que se ha enterado a mi vecina Soledad, muerta a la edad de 82 años. Hoy vinieron los chicos de la limpieza del ayuntamiento de Boñar. Supuestamente para arreglar y poner más bonitas las calles de Grandoso antes de las próximas fiestas los días 20 y 21 de agosto. Hace unos años Sole había plantado un rosal trepador de color rosa-oscura en frente de su casa, pegado a su cuadra y también un pequeño arbusto de hoja perenne tipo ligustro o alheña. En rosal fue en memoria de su marido José, fallecido en 1997 de insuficiencia renal. Recuperando de sus sesiones de diálisis, José tenía el costumbre de sentarse en una banqueta en la calle en frente de su puerta (no había aceras en el pueblo ese momento). Un día comentó como sería bueno de tener una rosa allí para mirar unas flores durante sus largas estancias sentada allí. Su muerte dejó a Sole sola, destrozada y sin ganas de vivir. Fue años más tarde cuando, mientras hablando conmigo, recordó a la rosa de José. La última floración terminó la semana pasada mientras Sole estaba ingresada en el hospital. En su limpieza entusiástica de hoy, los chicos del Ayuntamiento de Boñar han arrancado el arbusto pequeño y machacado el rosal de Sole. No queda nada. Como Sole, no va a ser visto más aquí. A veces no se sabe distinguir entre la maleza y cosas bonitas. Otros años lo había dejado el rosal en paz, quizás debido a la vigilancia permanente de su dueña y protectora. Como ha dicho otro vecino, a veces la democracia y el sentido común no van mano a mano.

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