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E l Ayuntamiento de León se ha ido convirtiendo desde los setenta hasta ahora en una suerte de Sálvame de luxe para sagas de familias cuyos miembros lograron un puesto de por vida gracias a la caridad mal entendida de los políticos. ¿Recuerdan a Baltar? «Yo soy un cacique, pero un cacique bueno». Y así... así que, cacique tras cacique llegamos a la cifra mágica: cerca de 1.800 trabajadores. Comentario al margen: conste que para muchos ese calificativo es un eufemismo.

Piensen, por ejemplo, que todo ese dineral que pagan en tasas, impuestos, todo ese dineral que tienen que rascar de su pobreza diaria para hacer frente a las multas, a la ORA y demás se va a pagar casi 174.000 euros al día en nóminas. Clin clin clin clin.

Y, que conste que no estoy hablando de los funcionarios de carrera. Tengo el máximo respeto por todos ellos y creo que ningún país civilizado podría subsistir si no fuera por los servidores públicos. El problema son los tapados, los enchufados que se parapetan detrás de los empleados públicos fetén, parásitos del trabajo ajeno que no tienen función, ni oficio, ni beneficio (a no ser para sí mismos) pero que cobran del erario público. Algunos de ellos son familiares de políticos, muchos lo son de otros empleados municipales. Dicen que hay generaciones de leoneses que han nacido a las ubres del Ayuntamiento, que nacen, viven y mueren con el aguinaldo municipal. Olé.

No voy a dar nombres, pero estoy segura de que todos tienen alguno en el imaginario personal. Y que no se crean los que mantienen la juerga (los contribuyentes), que los salarios de todos ellos no se asemejan en nada a los suyos, que ya sabemos que el sueldo medio en la provincia no alcanza el tan ansiado mileurismo. Si el Ayuntamiento funcionara como una empresa, los sueldos tendrían que haberse ajustado en un 50%, at least . Así que, ¿para cuándo una RPT real? Una que, de verdad, dibuje una radiografía de qué puestos hay en la administración municipal, quién los ocupa y qué funciones tiene encomendadas cada uno de sus trabajadores. Ya no se trata de que haya auxiliares administrativos ocupando puestos de direccción y, lo que es peor, cobrando como tal, es que no es de recibo que los trabajadores de verdad tengan que soportar cada día que haya un gañán al lado chuleándole ¿O sí? Puede que sí, mientras haya caciques, pero de los buenos, buenos...