TRIBUNA
El camino hacia el totalitarismo
E l camino hacia el totalitarismo es corto y en España corremos peligro de recorrerlo muy deprisa a poco que nos descuidemos. Las últimas medidas de gobierno de algunos representantes políticos del nuevo totalitarismo como Ada Colau o Manuela Carmena —tirando más a la violeta pero con las mismas intenciones—, nos dan una muestra de hacia dónde se dirige este país cuando la mentira hace mella en el electorado y se traga este las píldoras de quienes los embaucan.
En Barcelona con las medidas de congelación del turismo y el golpe a la libre empresa que ello supone, se han perdido unos 5.000 puestos de trabajo y varios cientos de millones de euros en inversiones. La ciudad de Barcelona, que otrora era dinámica y puntera en turismo, corre el riesgo de perder su lugar primordial en el Mediterráneo como destino crucerista, con todo lo que ello supone. Es igual para el nuevo totalitarismo, es más, es lo que pretende: una población empobrecida que se acostumbre a vivir del maná público es más fácilmente manipulable y controlable.
También en Barcelona, los tintes totalitarios de su alcaldesa han vertido otra perla: la prohibición de celebrar una misa por los sublevados y caídos en 1936. El tema no es que a mi me guste o deje de gustarme una sublevación, el tema importante es el derecho de cualquiera a celebrar las misas o reuniones que les venga en gana siempre que no se altere el orden público o se cometa algún delito. Y aquí no se cometía ninguno, simplemente la idea no se compaginaba bien con los gustos de la alcaldesa. Así que lo prohibió. Que una persona que se ha manifestado contra la mal llamada Ley Mordaza haga esto parece una soberana hipocresía...Porque lo es.
En Madrid, por otra parte, la alcaldesa crea una web para transmitir la verdad oficial, como en el Gran hermano orwelliano. Ellos se sienten en posesión de la verdad por lo que parece lógico transmitirla. Pero se olvidan que en una democracia la verdad no la construye el Estado. En una democracia con pluralismo informativo es el ciudadano el que tiene la responsabilidad de informarse en diversos medios y extraer él su verdad, que siempre será subjetiva. Pretender dar una verdad oficial es como aquel Ministerio de la Verdad o el Ministerio del Amor que pretendía en 1984 de George Orwell ordenar la vida del individuo haciéndole aprender una forma de amar y una forma de verdad única, la del Estado totalitario.
La realidad es que en las dos ciudades más importantes de España se está experimentando lo que podría ser un gobierno de la extrema izquierda apoyado por el hermano mayor que es el PSOE. Un experimento que a España le podría costar carísimo como se ha visto en Grecia recientemente. Un experimento de totalitarismo que irá poco a poco adueñándose de todas las parcelas que hasta ahora le estaban vedadas al Estado.
Frente a estas pretensiones, quienes defendemos la libertad y la hemos venido defendiendo siempre nos configuraremos como sus enemigos y como tales seremos tratados. Porque el totalitarismo no entiende de rivales políticos, solo de amigos —os que están con ello— y de enemigos —los que no lo están—. Para los amigos habrá de todo, a los enemigos se les aplicará la ley. Es una verdad inexorable y es el camino que España está ya recorriendo hacia el totalitarismo.