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TRIBUNA

En el carbón el problema se llama PP

Publicado por
Juan Carlos Lorenzana Ordiz (Zana) alcalde de La Pola de Gordón
León

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C arta abierta al presidente del PP de castilla y León (y demás miembros): Permítanme que en primer lugar aclare a quién va dirigida esta carta. Va dirigida a Juan Vicente Herrera, presidente del Partido Popular de Castilla y León, y por ende, de él para abajo a todo el organigrama. Y no, no va dirigida a Juan Vicente Herrera, presidente de la Junta de Castilla y León por el Partido Popular, y por lo tanto tampoco va dirigida a nadie del organigrama institucional. Hago esta aclaración porque en esto del doctor Jekyll y míster Hide es fácil perderse.

Sería muy enriquecedor para poder avanzar, en la búsqueda de soluciones ante el conflicto minero, que ustedes empezaran a tratarnos, a los mineros, con respeto. Con el respeto de no tratarnos como a adultos idiotas o, como mínimo, de no tratarnos como a niños (por si no lo saben, que sí que lo saben, ya nos explicó Noam Chomsky cuáles son las técnicas de manipulación que ustedes usan, y, desde entonces, ya no nos dejamos embaucar).

Por ir aclarando cuestiones que ustedes parecen no querer reconocer y que, de continuo, intentan tergiversar. El problema con el carbón autóctono lo creó el Partido Popular. Les repito, lo creó el Partido Popular. No el ministro Soria, ni siquiera el presidente Rajoy. Estos solo son los ejecutores del plan, ese plan trazado por el PP que consiste en matar las comarcas mineras, aunque aquí quedaría mejor decir que, tanto Rajoy como Soria, son los que han dado la orden de «no» ejecutar el plan, el Plan del Carbón que ustedes, ustedes, firmaron con los mineros. Es un problema de partido, ideológico. No es, como ustedes insisten en cacarear, un problema económico (o lo es menor). Tampoco es un «engañoso» conflicto entre administraciones en la que, curiosamente, la que no tiene competencias (la Junta), y por tanto nada puede hacer, es la que defiende a los mineros. Vamos, que estamos ante la versión 2.0 de la cutre estrategia del «poli bueno, poli malo».

Es el Partido Popular de Castilla y León, y no la Junta de Castilla y León (aunque está bien que lo haga), quien debe salir al ruedo, quien debe enfrentarse al ministro y al presidente del Gobierno central. Pero esto es impensable. Lo es porque el PP de Castilla y León, como partido, está de acuerdo con el PP nacional. No se molesten ustedes en respondernos con más compungidos golpes en el pecho, con más teatrales actuaciones baladíes que para lo único que sirven es para entretenernos mientras nos cierran las minas. Ya no nos engañan. ¿Quieren ustedes demostrar algo? ¿Quieren ustedes hacer algo, pero algo de verdad? Enfréntense, como partido, con el ministro Soria y con el presidente Rajoy. Voten ustedes en contra del Gobierno, (cuando de carbón se trate, claro), en el Senado y en el Congreso. Únanse a los diputados y senadores del PP de Asturias y Teruel y exijan que el Gobierno cumpla lo firmado, ni más ni menos que lo firmado, exíjanlo, si es que saben ustedes qué significa ese verbo. Amenacen a Rajoy (al Rajoy presidente del PP nacional) con bloquear las listas electorales en estas comunidades afectadas por la política finiquitadora con el carbón autóctono. Esta medida, defender a quien te vota, que a ustedes les puede parecer innovadora no lo es, infórmense.

Como les dije al principio, vamos a tratarnos con respeto. Todos sabemos, y ustedes mejor que nadie, que el verdadero problema, la verdadera preocupación para el PP, es el posible contagio electoral. O sea, que lo que les ocurrió en las elecciones municipales y autonómicas, el varapalo electoral en las cuencas mineras, se extienda a otras comarcas o sectores. Esa es su preocupación. Que ganaderos, agricultores, parados, estudiantes, pensionistas, etc., empiecen a unir cabos y se den cuenta de que quienes se presentan por el PP en Castilla y León, no defienden a los castellanos y leoneses, defienden al PP, y votan con el PP, aunque esto signifique, como está sucediendo en la actualidad, cerrar las minas (o mantener los calamitosos precios de la leche, o de la remolacha, o las míseras subidas de las pensiones, o la escasez de becas, etc.).

Esto que acabo de decirles, el plantarse, es lo que no quieren oír, y ¿saben por qué? Porque tomar esta decisión, la de defender al pueblo que les vota, aunque esto conlleve enfrentarse con todas las consecuencias y hasta el final con el PP nacional, podría hacer que su nombre no apareciese en la próxima papeleta.

El Partido Popular no quiere ni oír hablar de política energética. Si así fuese responderían a la pregunta que tantas veces les hemos hecho: ¿cuál es la política energética del PP en relación al carbón nacional en el corto, medio y largo plazo? No nos remitan ustedes a la Comisión Europea o a las eléctricas, cuando queramos saber sus pareceres ya se los preguntaremos a ellos, les estamos preguntando por la postura política del PP.

Y queremos datos. Queremos saber qué porcentaje, aproximado, del mix generador (ya no nos vale tonelaje extraído) van a reservar para el carbón autóctono. Y queremos saber este dato en una proyección de 15/20 años. Queremos saber si, mientras ustedes no regulan la competencia desleal que para nosotros supone el carbón internacional (porque nos hacen competir con las dos piernas y un brazo atados), van a paliar esa injusticia con ayudas.

En definitiva señores y señoras del PP de Castilla y León, queremos saber qué opina y qué va a hacer el Partido Popular en relación al carbón autóctono. Y de paso no estaría mal que nos dijesen qué van a hacer ustedes a título personal, provincial y regional si el presidente Rajoy y el ínclito Soria, en estos eternos (y ojalá últimos) seis meses que aún les quedan de gobierno, siguen asfixiando a los mineros. Esto es lo que queremos saber, lo demás, sencillamente, no nos soluciona el problema.

PD. Aprovecho señor Juan Vicente Herrera, presidente del Partido Popular de castilla y León, para pedirle un favor, ya que usted seguramente vea antes que yo al señor Juan Vicente Herrera, presidente de la Junta de Castilla y León, dígale que le agradezco las toneladas de morfina que nos ofreció el otro día para garantizar que la muerte de las comarcas mineras fuese lo menos dolorosa, fue todo un detalle, además de una directa declaración de intenciones.

Sin ningún tipo de afecto, ni acritud.