Diario de León
Publicado por
PEDRO TRAPIELLO
León

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H ubo buena noticia ese día: en León van a darle función a un órgano muerto. «Muerta la función, muere el órgano», insistía el padre Uría, «pero inventarle una nueva función nunca resucita al órgano».

Celebró la peña de noche que se haya convocado un concurso de ideas para el aprovechamiento de un cadáver ferroviario leonés, esa Estación del Norte que quedó obsoleta, orillada y sepulcral en el confuso guirigay de proyectos, promesas y vías muertas que ahorcan el sueño de esta ciudad.

Como estamos de agosto flojo y cojos de quorum, Sócrates convocó otro concursillo inter nos : tenéis dos días para estrujar el cacumen y presentar propuestas. Se despepitó la peña. Hasta veintitrés alternativas propusieron los cuatro que acataron la sugerencia del profesor y, tras una necesaria selección, estas serán las que se sometan a votación cuando regresen del ocio o de la playa los ausentes:

1.- Ludoteca de trenecitos . Se llena todo de miniaturas y trenes eléctricos (gran centro europeo en la materia) con scalextrics ferroviarios para que los guajes se tiren ahí toda la tarde sin dar guerra. En las vías de esa estación funcionarán vagonetas a pedales para darse garbeos hasta el Crucero.

2.- Gastro-bar monumental . Áreas temáticas comarcales del tapeo y tripeo tradicional. Todo barra y terracita. Vagones-restaurant. Actores de época en tren varado y músicos en el andén. La hostelería impera (qué razón profética tenía Luzdivina Montañés que en 1984 escribía de León: «Dentro de cien años, todos camareros»).

3.- Casa de reclusión para políticos y concejales de moral tuerta (la propuesta elude más explicación).

4.- Performance plástica de repercusión mundial : se forra entera esa estación hasta el tejado y también los andenes con las fotos de todos aquellos leoneses que un día salieron de ella y no volvieron jamás a su tierra... ¿habrá suficiente pared?... sacarlos de la cuneta del olvido quizá mueva a lagrimita por nuestras culpas.

5.- Museo de la maleta, Museo de olla-brás, Museo de silbatos y Museo de pañuelos de adiós (todos juntos a la vez, ¿quién da más?).

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