Rajoy se da un baño

L a efervescente e inusitada actividad de Mariano Rajoy, que lo mismo se da un chapuzón sin gafas, se toma unas cañas en pantalón corto o choca la mano con un joven que hace cabriolas con una bici, no solo certifica que estamos en campaña electoral, nos informa también del miedo consciente del presidente del PP a perder las próximas elecciones.

Hasta ahora, Rajoy parecía confiarlo todo a la supuesta buena marcha de la economía; daban igual los escándalos de corrupción: los Bárcenas, la Gürtel, la Púnica e incluso los ‘Ratos’; no os preocupéis, la gente ya ha notado que las cosas van mejor y, como dice el muy optimista Arenas, en las familias no se habla ya de paro (¿será por agotamiento?).

Sin embargo, las últimas encuestas elaboradas por el propio CIS y, sobre todo, los resultados de esas encuestas insuperables que son las urnas —particularmente municipales y autonómicas—, han alertado finalmente a Rajoy sobre el riesgo evidente de irse a la oposición.

Así, vemos una sucesión frenética de fotos y declaraciones —desconocidas hasta ahora en un personaje que no salía del burladero del plasma— en las que el mensaje que se martillea queda claro: los socialistas y los podemitas son lo mismo, o mayoría absoluta para Mariano o catástrofe de dimensiones bíblicas para España.

No se quién ganará las elecciones generales, pero es muy probable que nadie lo haga por mayoría absoluta y que la quiebra del bipartidismo, simbolizada por Ciudadanos y Podemos, dará lugar a diversas combinaciones que ayuden a formar gobierno. Lo hemos visto en Madrid, Ciudadanos apoya al PP; en Andalucía, el PSOE aupado por el mismo partido; o en los acuerdos que permiten gobernar a la izquierda en Valencia, Aragón, Barcelona y Cádiz, por no citarlas todas.

Pero este afán por meter a PSOE y Podemos en un mismo saco parece no tener en cuenta que antes de las generales habrá unas elecciones en Cataluña en las que será decisivo que los votantes del PP, de Ciudadanos, del PSC y de Podemos cierren el paso en a esa lista en la que el primero va el cuarto. Estas elecciones son más importantes que las generales y eso debería estar claro para no calificar de caos todo aquello que no sea el PP.

Nos quedan elecciones catalanas y generales de aquí a finales de un año atestado de urnas y no se si el personal llegará fatigado y cometerá el error de quedarse en casa. No se si este pedaleo acelerado de Rajoy —ahora hay viajar en trasporte público, dinero para las funcionarias embarazadas, etc.—, llegará a tiempo para impedir una derrota del PP.

Pero creo que este partido tendría mejores resultados si no se dedicara a aventar miedos, que es una forma de considerar a los electores como incapaces de pensar por si mismos.