Diario de León

FLORESDEL MAL

Cisnes negros y robaviejas

Publicado por
Gonzalo Ugidos
León

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V ista de cerca la economía global es una montaña rusa o un disparate, pero con perspectiva histórica parece un globo o un milagro. Hoy en día hay tanto crédito en el mundo que los gobiernos, las empresas y las personas obtienen créditos a largo plazo y a un interés bajo que exceden con mucho los ingresos reales. El valor de un año de producción humana se acerca a los 60 billones de dólares; pero las leyes bancarias permiten a los bancos prestar diez dólares por cada uno que posean realmente, lo que significa que el 90 por ciento de todo el dinero de nuestras cuentas bancarias no está cubierto por monedas y billetes reales.

Si todos los cuentacorrentistas de un banco pidieran de repente su dinero, el banco se hundiría de inmediato (a menos que el gobierno se decidiera a salvarlo). Esto parece un gigantesco sistema piramidal, ¿no es verdad?, de hecho la hipótesis de la eficiencia de los mercados tiene grandes grietas, de ahí las burbujas especulativas y desplomes de la bolsa. Y sin embargo, con saltos y sobresaltos, con marchas y contramarchas, el sistema resiste. El crédito nos permite construir el presente a expensas del futuro.

A los conocimientos económicos se ha añadido un poco de estadística, otro de matemáticas y cierta reapropiación de los instrumentos de la física.

El científico Jim Simons tiene aspecto de catedrático desaliñado, rara vez lleva calcetines y suele vestir una camisa arrugada. Sus aportaciones a la física y a las matemáticas son completamente teóricas y se centran, principalmente, en clasificar los rasgos de las formas geométricas complejas; pero si los inversores le hacen la ola es porque es coinventor de un método matemático que ha revuelto las aguas turbulentas de la gestión de hedge funds o fondos de cobertura y lo ha convertido en el mejor administrador de fondos del mundo. Sí, por encima de Warren Buffett o George Soros. En la actualidad Simons es uno de los hombres más ricos del mundo, según la lista Forbes su patrimonio neto asciende a 10.600 millones de dólares.

El secreto de su éxito es mantenerse alejado de los expertos financieros, evita contratar a nadie con el más mínimo tufillo a tiburón de Wall Street y sus empleados están doctorados no en finanzas, sino en física, matemáticas y estadística, como el propio Simons.

Si, como decía el poeta, para enterrar a un muerto vale cualquiera menos un sepulturero, para navegar por las aguas procelosas de los mercados cualquiera vale menos un economista. Mejor un poeta, de hecho los abstrusos modelos físicos de los mercados tienen nombres tan líricos como cisnes negros, reyes dragón o paseo del borracho. Lo malo es que a veces la sofisticación encubre el fraude y algunos derivados son tinta de calamar para confundir a los inversores menos informados. Pero, vista la perspicacia de Simons, no son los modelos los que fallan, sino la codicia que convierte a los financieros en robaviejas.

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