Emigración zombie

A nte las dramáticas imágenes aparecidas en las televisiones de todo el mundo de los miles de personas huyendo de la guerra e intentando alcanzar Europa Occidental, todos hemos sentido dolor y hastío. La naturaleza humana responde ante tales situaciones de forma instintiva e impulsiva.

El instinto e impulso son contrarios a la racionalidad y frío análisis que requieren los graves problemas. Cierto que ante una catástrofe humanitaria como la que estamos viviendo, es imposible sosegar el ánimo para buscar soluciones eficaces a este problema. Quiero decir, que frente a reacciones irracionales y poco prácticas como acusar a la Unión Europea, o a sus gobiernos de lo que está ocurriendo, o incluso a personas concretas, se debe reflexionar por qué se ha llegado a esta situación y desde ahí buscar soluciones.

La cuestión clave es: ¿Por qué ahora y no, por ejemplo, hace diez años cuando la economía de la Unión Europea viajaba a velocidad punta? Hubiera sido más fácil acoger a todas estas personas porque había más dinero, más trabajo, en fin, más recursos para ayudarles como se merecen y establece el Derecho Internacional. La respuesta es sencilla: hace diez años vivían en sus países con un futuro, mejor o peor, pero al fin de cuentas un futuro del que hoy carecen.

Ese futuro desapareció tras la denominada Primavera Árabe. Un intento de democratizar a los estados del norte de África. Fue un fracaso total salvo Túnez donde la democracia se tambalea ante la amenaza Yihadista. Algunos quieren ver la mano de Occidente en las revueltas que condujeron a la caída de líderes crueles como Gadafi, otros más románticos lo atribuyen al espíritu de libertad de los pueblos. Quizás hubiera una mezcla de todo.

Lo cierto es que los dos países peor parados en todo este asunto han sido Libia y Siria. Desde entonces están en plena guerra civil y de ellos proceden el mayor número de refugiados, junto con Malí y Somalia que se encuentran el la misma situación. La aparición del Estado Islámico con sus atrocidades no ha venido más que a complicarlo todo.

Frente a los que acusan a la Unión Europea de ser la causante de todas las tragedias del mundo y de esta también, deben tenerse en cuenta diversas consideraciones. En primer lugar que los conflictos en estos países tienen un carácter étnico y tribal que ha provocado luchas históricas entre ellos sin necesidad de que nadie las fomentara, lo que ha hecho muy difícil la creación de estructuras estatales sólidas y modernas que facilitaran el desarrollo social. En segundo lugar, se debe tener en cuenta que en el caso de Siria, el actual presidente está apoyado por Rusia e Irán y este es el motivo de que su régimen no haya caído. Finalmente, los Estados Unidos han iniciado un repliegue sobre sí mismo dejando de intervenir en Oriente Próximo de forma decisiva. El gendarme mundial no está dispuesto a asumir el coste que serlo conlleva. A fin de cuentas el problema es básicamente para la Unión Europea.

Los refugiados se dirigen a Europa no sólo porque esperan un futuro mejor, sino por una simple razón y es que Europa está dispuesta a acogerlos, mejor o peor, en mayor o menor número, pero dispuesta a ayudarles. Rusia no acoge refugiados ni los países ricos árabes, en este último caso, por cultura, etnia y poder económico parece lógico que debieran haber dado el primer paso.

Cierto que una corriente de solidaridad entre los europeos está inundando todas las regiones de la vieja Europa. Dice mucho y bien de quienes son herederos de la Revolución Francesa y del Humanismo Cristiano. Pero, no es suficiente. La Unión Europea intenta activar un plan de ayuda y seguridad para poner fin a las mafias que trafican y engañan a los refugiados. Porque no hay que dejarse llevar a error, los refugiados son víctimas de la guerra y además de las mafias que se encargan de moverlos y que están ganando mucho dinero a costa de esta tragedia. Los utilizan y disponen de ellos como si carecieran de alma, sentimientos, como si fueran zombies desprovistos humanidad.

Conclusión, el problema debe ser atacado en origen. Estoy de acuerdo con aquellos que defienden en las Naciones Unidas el «deber de proteger de los estados a sus nacionales» y con aquellos que defienden el «principio de injerencia sustractiva» consistente en utilizar como último recurso la fuerza contra los estados que no respetan los derechos humanos de sus ciudadanos. Podemos discutir sobre todo lo que se quiera pero, ¿alguien piensa que no sería bueno «zurrarles» a los del Estado Islámico dado que no hay posibilidad de hacerles entrar en razón de ninguna manera? Además, son causantes directos de tanto dolor. Se dispone de la tecnología, de las capacidades civiles y militares para poner fin a esta crisis. Sino se hace es por falta de decida voluntad. En este punto sí que estoy de acuerdo en que existe una responsabilidad de la Unión Europea.