Tuits de Sancho

Sancho Panza fue el primer tuitero de la literatura española. Le soplaba a Cervantes concisos saberes populares cifrados en menos de 140 caracteres (y le sobraban 100) para que el escritor se los devolviera a su boca en lo escrito espetándoselos a don Quijote y sulfurándole con tanta filosofía simplísima y pareada.

Refranes tengo y así me vengo, pudo pensar Sancho ante la prosapia y retórica que adornaba a su señor. Porque Sancho no filosofaba, no alcanzaba; lo hizo antes el vulgo de quien escuchó esos saberes y eran sólo píldoras sentenciosas y rodadas que no exigían mucha ocurrencia el recetarlas, sino sentido de la oportunidad.

Refranes vendo que para mí no tengo.

Como homenaje a Sancho trajo el otro día Sócrates Valdueza una ristra de ellos referidos al campo y oficio del ilustre escudero, sentencias de burros, bueyes, animales, ganao... ¿qué os sugiere este?, dijo: Coces de burra amor son para el pollino... ¿masoquismo?, ¿violencia de género invertida?...

Nos miramos. Nadie se atrevió al comentario; los reojos de nuestras tres tertuliantas eran aguijones.

Quien nace para burro, del cielo le cae la albarda. Octavito y yo nos dijimos resignadamente «se nos nota».

A quien no sabe de vacas la boñiga le embiste. Uno dijo ¡la ministra!... y volvieron los reojos fulminantes.

Entre bueyes no hay cornadas. ¿Es una comisión parlamentaria para aclarar la corrupción?, preguntó Peláez.

Más puede negar un asno que probar un filósofo. Seguro que en Páramo del Sil piensan en el ministro Soria.

Muerto el perro, el gato ladra. Esto lo tengo yo muy visto en esta diputación leonesa, ladró mi memoria.

No hay tonto a pie que no sea listo a caballo. ¿Vale «coche oficial» en vez de «caballo»?, planteó de nuevo Peláez.

El que por gusto es buey hasta el yugo lame. ¿Qué apuestas a que este país de mansos y chotos volverá a votar a los corruptos como hicieron los valencianos dos décadas seguidas?...

A bicho que no conozcas no le pises el rabo... y a refrán que no entiendas no lo pongas a trabajar. Siguió Sócrates con su ristra. El refranero es buen atajo para reír, pensar... y discutir mucho.