EDITORIAL: Acuerdo final para la leche al que no debería faltar nadie
El sector lácteo firmará el próximo miércoles un acuerdo con el que se buscará solventar los graves problemas que han sufrido los productores en forma de derrumbe de precios. Las quejas y las movilizaciones —con marcha hasta Madrid a pie— han conseguido sensibilizar a todos los implicados en la producción, tratamiento y distribución de productos lácteos para salvar de la ruina a decenas de granjas que sufrían unos precios por debajo de los costes de producción.
La propuesta de acuerdo lanzada desde el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente ha conseguido que todos los implicados busquen un acuerdo que ahora toma forma y que únicamente queda a la espera de la llamada Alianza por la Unidad del Campo —integrada por UPA y Coag—.
Es verdad que es un momento políticamente complejo al afrontarse una precampaña electoral. Pero las actitudes poco constructivas en asuntos de relevancia como la crisis del sector lácteo únicamente sirven para torpedear los esfuerzos realizados por unos y otros, y para aplazar y complicar las soluciones que supondrán un beneficio directo para cientos de profesionales del campo españoles.
Son precisamente esas fuerzas las que han querido ver «electoralismo» detrás del acercamiento alcanzado por todos los implicados en el sector lácteo y que genera, según manifiestan, la búsqueda de un pacto «precipitado». Pero la realidad es que el problema existente se arrastra desde hace meses y el daño —con millones de litros de leche que se tienen que tirar— reclama soluciones más allá del calendario electoral. Pensar que es necesario esperar a la llegada de un próximo gobierno en el umbral de cuatro o cinco meses no parece lo mejor para los ganaderos. El esfuerzo de la industria para hacer realidad el acuerdo lácteo debe ser valorado.
