Argumentos contra la independencia (I)

E stos días asistimos al debate de las mal llamadas elecciones plebiscitarias en Cataluña. Escuchamos unos y otros argumentos, como cualquier persona de pensamiento critico, y vistos todos ellos queremos compartir las dudas y argumentos en la materia. ¿Qué pasará si en dos provincias gana la lista independentista y en dos no? —no será eso una fuente de enfrentamiento para los catalanes—.

O ¿qué harán si se gana en escaños y no en votos?, ¿quedará legitimada esta aventura? Según Mas valdrán los escaños, es decir una mayoría incompleta, para iniciar el proceso secesionista. Por qué quieren amparar esta aventura bajo los escaños y no sobre un voto directo que computaría a efectos de un auténtico referéndum. Es evidente que no basta los votos para que haya una autentica democracia, pues en la mayoría de sistemas no democráticos también se vota.

Otras preguntas: ¿Para qué ser independiente?, o no se gestionan ya prácticamente la totalidad de los servicios, al nivel de un estado federal. Todo hay que decir que no demasiado bien. La comunidad más rica de España ha duplicado la deuda en las dos últimas legislaturas de Convergencia, siendo actualmente la mayor entre las autonomías en términos absolutos.

También por qué un gobierno justifica la desobediencia civil para declarar la independencia. Por el mismo razonamiento se puede decir que todos los ciudadanos no paguemos los impuestos dado los casos de corrupción y mala gestión.

Entendemos perfectamente que ser independentista esté de moda. Echar la culpa al vecino o al gobierno de turno de todas nuestras miserias siempre ha funcionado. Lo sabemos puesto que asistimos, como muchos leoneses, a este debate. Veíamos como una gran cantidad de compañeros en el instituto y universidad se unían a las filas del leonesismo sensacionalista e incluso te agredían cuando argumentabas en contra de sus tesis. Hoy afortunadamente no pasa eso, la mayoría han recuperado el norte y se han dado cuenta que ese proyecto era una queja vacía para que todo continuara igual, para justificar lo injustificable, y lo único que consiguió fue incrementar el número de trabajadores del ya endeudado ayuntamiento leonés. El leonesismo estaba tan de moda en los 90 que en las juventudes socialistas había una amplia mayoría que defendía estas tesis. Pero el verdadero enemigo no era la comunidad  autónoma, sino el mal gobierno de la derecha.

Sea como sea, el independentismo no es un invento de Mas, aunque es el arquitecto de esta desafortunada aventura. Para intentar desmontar los argumentos independentistas quiero analizar el tema y ver hasta que punto se sostienen por sí mismos, aunque hemos de admitir que muchas veces esto se sostiene por las actitudes de otro nacionalismo centralista tan casposo e irracional como el catalán. Para hacerlo más llevadero usaremos un poco el humor llevándolo un poco hasta el absurdo, esperemos que nadie se ofenda.

Sobre los argumentos del junts pel si nos establecen una serie de grupos de razones, básicamente podemos agruparlas en genéticas, culturales, históricas, económicas y políticas: 

Respecto a las genéticas, igual les parece que no subyace ese sentimiento en Calaluña, pero el tema de la raza y de la etnia aparece desde la declaración de Manresa 1892, y sigue apareciendo. No hay mejor cosa que un ejemplo para ilustrar esto así que cito literalmente el razonamiento que en 2008 hacía Oriol Junqueras, presidente de ERC, hablando de los genes en la península Ibérica: «En concreto, los catalanes tienen más proximidad genética con los franceses que con los españoles; más con los italianos que con los portugueses; y un poco con los suizos».

El tema es que no dudamos que los convergentes tengan algo en común con los suizos e incluso con los andorranos, sobre todo con todo eso del 3%.

Tampoco en este punto nos vamos a poner en contra de la ley de la evolución de Darwin, cierto es que todos los seres vivos partimos de organismos unicelulares y que han ido evolucionando hasta generar en una de sus variantes simios los hombres.  Partiendo de esto, tratar de buscar la pureza de la raza en una región es complicado, máxime teniendo en cuenta que en Cataluña han tenido una amplia emigración del resto de España para poder tener suficiente mano de obra. Hoy en día es absurdo entrar a valorar la pureza de ninguna raza ya que la mezcla es evidente. O incluso más ilustrativo, como muestra un artículo publicado en 2015 en La Vanguardia ‘ Gráfico: los apellidos más frecuentes en Catalunya’, según el estudio los apellidos más frecuentes en Cataluña son García, Martínez, Sánchez y Rodríguez, pero con mucha diferencia y hasta el puesto 26º no encontramos Vila.

Sobre la cultura, y las costumbres, salvo la de la corrupción que es la que parece más fuertemente arraigada en todos los rincones del estado español, nada que decir. La Península es rica en tradiciones. Unos hacen Castels y otros, como nosotros, lucha leonesa. Perdónenme, pero es que en cada zona se hace una cosa sin que ello nos haga más diferentes o iguales al resto. Creo que hablar distintas lenguas nos enriquece, pero secuestrar o más bien diría prostituir la cultura como medio o justificación para el enfrentamiento la degrada y la banaliza, la secuestra y la instrumentaliza. Que nadie se ofenda, esto va de lo cultural a lo emocional, pero no justifica en si mismo una nación. También debemos tener en cuenta que los límites territoriales de una cultura o una lengua no coinciden con las actuales fronteras administrativas.