La opinión del lector
¿Con o contra?
P or fin. Se acabó. Al menos para mí ya es suficiente. Ya pasó el día. Ya votamos, ya votasteis, ya votaron. Al fin habló cada uno donde tenía que hablar. Ojo, que no vengo a decir que yo esté en contra o a favor de unos ni de otros. Que mi opinión tengo, pero esa me la guardo para mí. Porque no es el momento ni el lugar, porque nada voy a cambiar yo y porque nada me vas a arreglar tú. Ojo, de nuevo. Que tampoco digo que todo esto me dé exactamente igual, ni que me resbale, ni que no se haga, al contrario, me encanta que se vote, me encanta que todo el mundo dé su opinión, porque creo que cuantas más opiniones tengamos más fácil resultará siempre encontrar una solución. Además, perdonadme, pero creo que es algo que se debería hacer más veces de las legal o electoralmente establecidas, porque de nada sirve un gobierno que haga oídos sordos a la voluntad de lo que hemos llamado «pueblo», que en realidad es un país, porque imponer cosas que sólo benefician a cuatro gatos no tiene ningún sentido, porque eso tiene un nombre y se llama dictadura, porque eso se llama estafador.
Pero bueno, eso para otro día, no nos desviemos. Porque lo que realmente me llama la atención es el actuar en los últimos meses de lo que han sido siempre grandes informadores, y obviamente, grandes generadores de opiniones muy diversas, me refiero a los medios de comunicación. Esos que, no sé si seré yo, pero de un tiempo a esta parte, no han sido capaces de hablar de otra cosa. Esos que antes generaban opinión de una forma ingeniosa y hoy parece que nos obligan a todos a posicionarnos en un bando o en el otro y además, perdón por la expresión, por cojones. Y es que me viene resultando cuanto menos, graciosa la exagerada «campaña» que se le ha hecho a alguno, que ya he llegado al punto de dudar si es pagada o no. Como que no hubiera nada más de que hablar.
No, en serio, por supuesto que tienen que informar y además hacerlo lo mejor que puedan, para eso están. Pero me quedo atónito cuando veo un programa de deportes que empieza hablando de un gol o un penalti y acto seguido, de forma inevitable se convierte en un «y tú más» de política. Me quedo perplejo cuando veo reporteros de los mismos programas de deporte obligando o queriendo obligar a caras conocidas a posicionarse públicamente. No sé a vosotros, pero a mí Pau me gusta por como juega al baloncesto, Puyol por como defendía y así sucesivamente. Eso es como pedir a un carpintero que diga si le gustan o le dejan de gustar las naranjas, se le puede preguntar, pero no por eso voy a comprar menos manzanas.
Pues eso, que sois grandes medios con grandes profesionales y sobre todo, con grandes personas, así que por favor, y por vuestro bien, dejad de dar la sensación de que sólo podéis vivir de un tema, porque sois vosotros los que alimentáis las polémicas, pero yo sé y estoy convencido de que tenéis y podéis dar mucho más.
Así que, cada uno con lo suyo y con lo que sabe hacer, que no nos ha ido tan mal por mucho que digan.
Todo el que haya llegado a este punto, aunque seáis pocos, sabéis de quien estoy hablando. Sí, de ella, tan ansiada por algunos, tan peligrosa para otros y tan desconocida para otros pocos más. Sabemos de quien hablamos y sin haberla nombrado ni una sola vez. Para que veas. Pero eh, no nos relajemos chicos, que ahora viene el postpartido.