Diario de León

TRIBUNA

El por qué la plaza de las Tiendas pasó a llamarse Barrio Húmedo en los años 50

Publicado por
Miguel Ángel González
León

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E l pasado día 5 de julio tuve ocasión de leer, en la sección de Cultura de su periódico, el artículo denominado: «¿Por qué el Barrio Húmedo se llama Barrio Húmedo?». Después de pensármelo un poco, y buscar un hueco, he decidido contestar a su pregunta, ya que la respuesta es muy sencilla para alguien que vivió de cerca el acontecimiento: A principios de los años 50, el Ayuntamiento de León, para las fiestas de San Juan y San Pedro, organizó un concurso de carrozas, en la que participaron cada uno de los barrios (entonces plazas y calles radiales inmediatas) de la ciudad, y que serían pagadas por los comerciantes de los mismos.

En la plaza de las Tiendas, posteriormente rebautizada como plaza de San Martín por la iglesia próxima, predominaban los bares, que, a su vez, solían ser restaurantes (a excepción del Racimo de Oro de los años 50-60, que era cafetería).

Por hacer una descripción del estado de situación del «barrio» en esa época, diremos que: en la calle Carnicerías, y de norte a sur, existían los siguientes bares: El Besugo, La Gitana, Valdesogo. Ya en la plaza San Martín y siguiendo las fachadas del lado occidental de la misma, teníamos: una vivienda de planta baja (hoy El Tizón); y el Racimo de Oro (después oficina de Caja de Ahorros). Pasada la calle Zapaterías: una droguería, una mercería (después tienda de ropa usada), una tienda de muebles (hoy, El Calecho y El Rebote), La Bodega Regia y La Mazmorra (ya en el inicio de la calle Juan de Arfe). En la fachada sur estaba El Rancho Chico (llamado así porque el hermano de Pedro González, el propietario del mismo, tenía, en aquella época y en competencia, El Rancho Grande, en la calle de La Corredera), y, además, una tienda de ropa usada, de Eleodoro Valle y de sus tres hijos: Lalo, Pepe y otro (hoy Rancho Chico II). Del otro lado de la calle Misericordia y esquina con la Calleja (hoy calle Mulhacín) había una venta medieval del siglo XVI, ya demolida, denominada La Venta del Burro (hoy está el Bar Bacanal), que, según decían, «hacía los mejores cocidos de León».

Pasada esta calle, y ya por el lado oriental de la plaza, había: una tienda, y a continuación el bar Miche (antiguo jugador de la Cultural). Pasada la calle Matasiete había una pequeña churrería (en la esquina cóncava); en la esquina convexa, estaba una zapatería de arreglo de calzado de los hermanos Joaquín y Vicente Canuria y una peluquería de caballeros (hoy mesón Jabugo); el ‘singular’ bar As de Copas (hoy hay un bar); una vivienda de planta baja (hoy La Bicha); una carpintería (hoy La Gatera); una mueblería (hoy un bar); y una droguería (hoy una tienda de telefonía móvil).

En la fachada norte de la plaza estaba la Librería Saturnino (hoy La Pintona); y la tienda de ultramarinos (frutos secos) de Vicente (hoy: Entrepeñas y bar La Noria).

Es decir, había una concentración importante de bares, razón por la que, en general, la gente de clase media iba a tomar vinos a esta plaza. Con estos antecedentes, la primera carroza hizo referencia al dios Baco, en la que iban chicos y chicas del barrio, vestidos de griegos, y, Lalo del Valle (el de la tienda de ropa usada), por sus dimensiones corporales, hacía de Baco. El señor Carro (decorador y pintor de cuadros, que vivía encimad el bar As de Copas) diseñó y cuidó todos los detalles con esmero de la carroza, denominada El mundo de Baco. La dieron el primer premio.

Al año siguiente, Carro ideó otra carroza, que consistía en una imponente maqueta elevada, de la plaza San Martín y, en cuya plataforma, había gente joven de la plaza, esta vez vestidos con trajes de época. A esta carroza la denominó El Barrio Húmedo .

El proyecto de la carroza y su denominación se «pasteleó» en el Rancho Chico (Pedro González era, aparte del propietario del bar, y uno de los vocales, junto con Pozo, del bar Casa Pozo, del Sindicato de Hostelería por la provincia de León en aquella época, y miembro de la Comisión de fiestas). Ganó, por segundo año consecutivo, el primer premio. Fue tal el éxito de la carroza, que la plaza pasó a identificarse con ese nombre.

Por el Rancho pasaba, a última hora de la tarde, mucha gente (Chaves, alto funcionario del Estado; Carlos Maceda, ingeniero de la Diputación, ‘El Niño de Santa María’, ‘bon vivant’; Cadenas, del Ayuntamiento; Octavio Canseco, dueño del entonces Cine Trianón; Luis Arias, jefe de Carreteras; Domingo López, empresario minero y, posteriormente, dueño del Banco de Valladolid; Paco del Río, de la Diputación…). Uno de los que también pasaba era Manolo Valdés, hombre del barrio y el cronista por excelencia del mismo; nacido y criado en la plaza Don Gutierre; que, además, vivió toda su niñez y juventud en esa plaza hasta que se casó con Josefina, justo en el mismo piso en el que vivió su niñez y juventud Pepe Vela Zanetti (autor, entre otras cosas, del mural en el edificio de la ONU, en NY y, más próximo, otro en el Hotel Conde Luna), que lo pintó totalmente, con murales y frescos, y en donde se apreciaba la evolución de este pintor desde su niñez hasta su pubertad. En este caso, Manolo Valdés no rebautizó la plaza de las Tiendas, simplemente ejerció como cronista de aquellos acontecimientos, y fue un gran impulsor de esta denominación a nivel local con su divulgación en su periódico.

Posteriormente, las calles radiales a la plaza, se fueron identificando con este nombre; aunque, actualmente, ya hay alguno que lo extiende hasta la calle La Rúa o la carretera de los Cubos.

Por otro lado, desde siempre, y hasta principios de los años 70, el vino (catalogado como Prieto Picudo) se llevó a los diferentes bares de León en cubas de madera, de unos 100-150 litros de capacidad. Estas cubas se transportaban en camiones con caja de madera (no cisternas), y su procedencia era, normalmente, de la zona de Valdevimbre.

La puesta en las cubas de las bodegas de los distintos bares se realizaba de la siguiente manera: de los portones de una trampilla ubicada en el suelo del bar; se montaba una rampa de dos bigas de madera de acceso a la bodega; y, con la ayuda de dos sogas, ancladas, por un extremo, al suelo, y dos hombres tirando por cada una de ellas, se bajaban hasta la bodega. En esta operación intervenía una tercera persona, que hacía de guía, y que indicaba, a las dos personas de arriba de la rampa, de cualquier desvío, al tiempo que se encargaba de que las sogas no perdieran el contacto con las cubas. Esta operación era espectacular en el bar la Mazmorra, donde la rampa era muy larga. En esta operación, puntual y periódica, no había pérdidas de vino, por lo que difícilmente el nombre de Barrio Húmedo procede de vertidos de vino, en la calle, y en esa época.

Por otra parte, a la Plaza de las Tiendas, en esa época y a aquellos bares, nunca llegó vino en cisternas, que obligaran al bombeo a depósitos en bodegas. Lo del bar el Cuervo es una anécdota bastante tardía.

En los años 70 ya se empezaba a imponer el vino embotellado en bodega, a la compra en granel, por parte de los bares de la plaza. Lamentablemente, para esta plaza y lo que ella representa para el conjunto de León, en el año 2002 se produce el desahucio, vía judicial, del antiguo inquilino del Rancho Chico. Desde esa fecha, el Rancho permanece cerrado debido a las pegas planteadas por doña Sofía Sanjuan (del Ayuntamiento de León) a eventuales emprendedores que han pretendido reabrirlo. Esto ha dado lugar a: La creación del borde sur inactivo (obscuro) de la plaza San Martín.

El desplazamiento del centro de interés hacia el norte de la plaza San Martín, reforzado por la apertura de numerosos locales en las calles Plegarias y Zapaterías.

El aumento del índice de marginalidad geográfica del Nuevo Racimo de Oro, que nada tiene que ver el índice de concurrencia que tenía cuando era la antigua Bodega Regia. A la marginación total del Palacio Jabalquinto, y el cierre de su restaurante. A la degradación de la calle Juan de Arfe (se pueden apreciar jeringas a lo largo de la calle, ya de madrugada). A una cierta pérdida del encanto turístico, fuera de León, de la referencia «Barrio Húmedo = León entrañable».

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