Diario de León
Publicado por
PEDRO TRAPIELLO
León

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N o hay animal más socorrido que el oso para despertar en el humano la ternura o el abrazote y, sin embargo, su fiereza es temible, él manda, no tiene depredadores y es el chulo que castiga del bosque al témpano pasando por la Arganzuela, donde hay un escudo de Madrid en el que asoma tótieso y guindando madroños. Pero de chiquitines, ¿quién no se los comería? (los osos, no los madroños)... ahhh, si son de peluche, es para cochar con ellos y no con güela... y si son de plata, a más de una le palpitan las entretelas, los flujos y el joyero.

Ay, los ositos.

Tenía cuatro o cinco años cuando vi mi primer oso, uno enorme, fiero, alzado de manos ante tres cazadores con escopetas en un bosque nevado y acosado por unos cuantos perrazos muy embriscados, aunque dos de ellos yacían reventados a zarpazos al pie de la fiera... rastros de sangre teñían la albura de la nieve aquí y allá dando idea de una batalla prolongada... la escena era tremenda, colorida, teatral... y era una litografía algo abombada que tenía mi abuela Amada en el pasillo de su casa... mil veces la habría visto, pero siempre me robaba la mirada... aquel oso herido de muerte nunca moría.

Ese es el viejo oso de la literatura y de la épica en plan Gran Norte. El segundo que vi fue en un circo en Papalaguinda. El tercero era una osa, Petra de nombre, que tenían enjaulada en un parque de Oviedo aburrida de la crueldad de los guajes. Y el último oso libre que vi fue hace algunos años en el arroyo Lechada, por cima Riaño, a lo lejos, cruzando el lecho, un instante fugaz (el único que tuvo miedo fue el oso, claro, lleva muchos siglos pagando odios y matanzas del hombre blanco). No lejos de allí, en Barniedo apareció el otro día un oso muerto (no violentamente, qué raro). Y un poco más allá, en Casasuertes, fue donde Franco mató al último oso poco antes de aprobarse la ley que prohibió su caza; se lo fueron poniendo a huevo los guardas y se dio ese homenaje. ¿Y aquel oso disecado y despelujao que estuvo tanto tiempo en el salón de plenos de Boñar?... mieu me da que un día lo repongan con otro del museo de bichos tiesos que hay allí cerca... mola la horterez disecada.

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