Con lechuguina

S i somos lo que comemos, Miss Universo y Kiko Rivera no compran la carne en el mismo supermercado. Hasta ahí llegan mis conocimientos dietéticos, por lo que tiendo a confiar en quienes saben más. Y en el sentido común. A partir de cierta edad, si no te cuidas te cuidan. Un informe de la Organización Mundial de la Salud ha concluido que las carnes rojas y procesadas consumidas en exceso en nuestra dieta pueden hacernos desarrollar cáncer de colon. En la noticia la palabra clave es «exceso», no consumo. Enrique VIII estaba gotoso no porque desayunase codornices, sino porque las engullía sin quitarle siquiera los proyectiles del arcabuz. La moderación es virtud. Y no cómo en el programa de Crónicas carnívoras. Ya saben, ese en el que Adam Ritcham recorre Estados Unidos zampando hamburguesas del tamaño del lago Michigan, más la guarnición. Se le ve buen chico, pero a su colesterol malo lo hubieran aceptado en la banda de Al Capone. El otro día, engulló un panecillo que llevaba dentro doce de ellas, cubiertas por salsas de destrucción masiva. Comer así no puede bueno para el cuerpo, ni para la mente de tus próximas diez reencarnaciones. Ah, el exceso. En un episodio de los Simpson, Homer y un camionero se enfrentan por ver quién devora más rápido el gran chuletón de la casa. Al conductor le da un jamacuco mortal cuando le quedaba un cacho. Animaladas, tampoco.

En lo referente a salud no cabe exclamar «¡qué inventen ellos!». Que invente el que sea, pero que invente bien. No sólo queremos llegar a viejos sino en forma para bailarnos algo. ¿La Barbacoa? Mejor otra, que Georgie Dann abusa del picante.

León cuenta con una excelente industria cárnica, cuyos productos podemos consumir tranquilos. Lo que no debe hacerse es desayunar botillo, reservémoslos para las comidas. Y hay que mojar lo justo de pan. Con mesura haremos después mejor la digestión y nuestra siesta será más placentera. A los jugos gástricos también hay que darles un respirín. Hasta Hefner, el fundador de la revista Playboy ha anunciado que la revista sacará menos carne. ¿Ya no saldrán desnudas las señoras en edad de merecer? Ahora, sólo mostrarán muslo y pechuga. Y con mucha lechuguina, que la verdura es muy saludable.