Lo que respondió el de Cebanico

Caminan observando el vuelo de las tórtolas y por eso acaban metidos de patas en la boñica. Las duchas frías de realidad que de vez en cuando reciben políticos y allegados son más que necesarias —emplastos de verdad, friegas de paisanismo—, y se les debería recetar de forma frecuente para apeaarlos del mundo de las corbatonas y las moquetas y situarlos en el día a día de las soledades y las carencias. Le ha pasado estos días al delegado de la Junta en una especie de gira (¿Guillermo on tour?) montada para explicar a los alcaldes de pueblo las bondades de un nuevo mapa provincial creado como hicieron las potencias coloniales en África: a tiralíneas, desde un despacho y mientras se comenta el robo del partido del domingo. Sólo así se entiende lo trafullero del resultado, con Maragatería y Cepeda en lúbrico ajuntamiento o el bautismo forzoso del área de Valderas con un topónimo, Valdería, que quizá les pareció hermoso y hasta poético hallazgo... sin saber que otra comarca, a 70 kilómetros de distancia, lleva varios siglos así llamada.

Tal cual. El viernes en la Montaña Oriental le espetaron un desabrigado «¡menos ordenación y más financiación!» y el miércoles en Sahagún, ante los regidores de una zona que es como el triángulo de las bermudas cazurro —habrá funcionarios que en su vida pronunciaron nombres como Villacalabuey o Castroañe—, puro mapa del olvido y el arrincone, pasó lo siguiente, como refleja nuestro buen Acacio: cuando el delegado territorial dijo a los presentes que no se preocuparan, que en la plataforma de comunicación de la Junta estaba colgada toda la información sobre esta normativa, el alcalde de Cebanico le indicó la imposibilidad de hacerlo ya que, susurró, «ni siquiera tenemos Internet...».

Antes se echaban instancias para conseguir que llegase al pueblo la luz y el agua corriente. Hoy los déficits se llaman conexión, consultorio, transporte. Lo básico. Coño, lleváis 30 años intentando ordenar el territorio y ordenado está: es el solar más grande todo el Noroeste.