EDITORIAL: Oposiciones: gran error y un daño irreparable para todos

A sólo diez días de la fecha prevista para su celebración, el domingo 22 de noviembre, el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León ordenó ayer la suspensión cautelar de las oposiciones de enfermería convocadas por la Consejería de Sanidad y a las que concurrían 20.000 aspirantes de todo el país, 12.000 en Valladolid y 8.000 en León. Es la consecuencia de una demanda judicial interpuesta por el Estado contra este proceso selectivo, algo que era desconocido por la propia Junta, los miembros del tribunal y los opositores.

La indignación por la situación generada por la suspensión cautelar inesperada de las oposiciones no tardó en hacerse evidente entre los opositores, que no sólo habrían preparado a conciencia el examen, sino que además llevaban años esperando esta convocatoria. Y también lo era entre los sindicatos y el colectivo profesional —es el tercer proceso selectivo de enfermería que se judicializa en Castilla y León desde que la comunidad autónoma asumió las transferencias sanitarias en el año 2001—, enormemente castigado por los recortes encadenados como consecuencia de la crisis. Pero las consecuencias de la medida afectan además de manera muy directa al sector hostelero —desde hace semanas no había una habitación disponible en la ciudad para esa fecha—, que calcula que sólo en León dejará de ingresar alrededor de 200.000 euros.

Es inadmisible que entre dos administraciones, que además están gobernadas por el mismo partido, no se comunicase, o se ignorase, que había una demanda interpuesta por el propio Gobierno central. Pero todavía lo sería más si es que, como se denuncia, hubo ocultismo o, cuando menos, se hubiese evitado dar esa información a poco más de un mes de unas elecciones generales, sobre además las que ahora podría tener incluso una incidencia más acusada. Una tremenda torpeza, en cualquier caso.