EDITORIAL
Las reservas fluviales cubren un vacío en el medio ambiente
El Consejo de Ministros dio ayer un nuevo paso muy relevante en la protección del medio ambiente en España. Aprobó la creación de las primeras 82 reservas naturales fluviales del país dentro de diez cuencas hidrográficas. En la Comunidad son once —cuatro de León— los parajes seleccionados con una longitud total de 156,56 kilómetros.
El objetivo de la constitución de estas reservas naturales es equiparar la protección existente en otros ecosistemas a los acuáticos. Por ello se crea una nueva figura con la que se pretende preservar aquellos tramos de ríos con escasa o nula intervención humana y que presentan aún un muy buen estado ecológico que debe preservarse.
El Gobierno pone en marcha este proyecto de acuerdo con la Directiva Marco del Agua de la Unión Europea y de la Ley de Aguas que defendían la necesidad de establecer este tipo de declaraciones para que el imprescindible cuidado de los cauces fluviales se incrementase aún más si cabe en aquellos tramos de ríos que de momento se ofrecen como parajes sin graves daños generados por actividades industriales, mineras o constructivas.
El listado de tramos se ha consensuado desde el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (Magrama) con las distintas comunidades autónomas y fue aprobado recientemente por el Consejo del Agua. La iniciativa responde a una inquietud creciente por los problemas que sufren los ecosistemas acuáticos en España y que se han hecho especialmente graves en lugares como Doñana —con los vertidos mineros—, en las Tablas de Daimiel o más recientemente en lagos como los de Sanabria o La Baña.
El agua es un elemento fundamental del Planeta y su cuidado se hace cada vez más necesario. Su escasez es una de las grandes amenazas para las sociedades futuras.