La opinión del lector

Evalúenme

S í, como propone Marina. Evalúenme. Empiecen por mí. No soy docente. Pero mi profesión —como muchas otras— exige una adecuada evaluación por competencias para el aprendizaje y la mejora continua. Deseo dejar de ser sólo técnico, para ser profesional. Es urgente. Por favor, rectifíquenme de forma periódica. Sométanme a pruebas de simulación con la intención de minimizar errores. Las personas con las que comparto mi actividad profesional se merecen que el ejercicio de mi desempeño sea óptimo. Exigirá, no lo dudo, un esfuerzo importante. Pero todos ganaremos.

Tenemos un amplio margen para la mejora. Es lo bueno. Comiencen por realizar una selección de personal lo más adecuada posible —lo intentan todas las empresas privadas—. Continúen por ofrecer una precisa formación continuada, alineada con los objetivos y que no dependa —exclusivamente— del interés particular de cada profesional. Fomenten el trabajo en equipo. Y construyan líderes.

En la actualidad el tímido intento de poner en marcha la carrera profesional —en standby desde 2010 por tema económico— se ha traducido en una mera verificación documental, que no garantiza la adquisición de competencias o el desarrollo profesional continuo.

Por cierto, si el problema es ese —el dinero—, páguenme lo mismo. Lo escribo desde la honestidad, con el máximo respeto y desde el compromiso social y ético de las profesiones y los profesionales, pues de lo contrario me resistiría a ello.