EDITORIAL
Tolerancia cero, denuncia inmediata y apoyo a la mujer para rehacer su vida
El Día Internacional contra la Violencia de Género debe servir para la apertura de un debate imprescindible sobre si la sociedad está consiguiendo dar respuesta adecuada frente a un drama que parece no tener fin. La cifra difundida en los últimos días que eleva por encima de las 800 las mujeres que han muerto por la violencia machista es inasumible. Una década después de la puesta en marcha de la ley integral contra la violencia de género parece el momento adecuado para que las instituciones se pongan manos a la obra para actualizar la legislación y las acciones para conseguir mayor eficacia.
Las estadísticas han ido mejorando en los últimos años. Frente a los datos de la década pasada —cuando incluso se alcanzó un pico de 76 víctimas mortales en 2008— en los dos últimos balances cerrados las mujeres asesinadas fueron 54 y en este 2015 son 48 a día de hoy. Pero los datos y las frías gráficas no deben ocultar la verdadera tragedia que reflejan. Esas víctimas son personas que sufrieron un atentado contra su vida en su propio entorno familiar, en muchos casos en el lugar si cabe más inviolable, su propio hogar.
Los datos recogidos por las instituciones también alertan sobre aspectos del problema que deben ser tenidos en cuenta. Existe un volumen importante de denuncias que por distintas razones no llegan a completarse con condena judicial. Y hay un tema especialmente llamativo y peligroso: Sólo el 8% de las denuncias sobre violencia machista son de las propias víctimas.
En el análisis de la situación real que se vive hoy en España es muy importante el avance que se ha generado en la mentalidad colectiva ciudadana. Los españoles están más dispuestos a colaborar a la hora de denunciar o de apoyar a una víctima. Pero existen indicadores preocupantes y que apuntan un retraso en la imprescindible concienciación entre determinados colectivos de quienes han llegado desde otros países o entre las nuevas generaciones de jóvenes que admiten estereotipos que parecían olvidados que incitan a admitir cierta tolerancia hacia el machismo.
El nuevo mandato que se abrirá en cuestión de unas semanas en el Congreso de los Diputados debería incluir este problema de la violencia machista en su agenda de prioridades. Se están debatiendo muchos asuntos que reclaman una revisión por parte de la sociedad. Y quizás este problema que hoy tiene todos los altavoces posibles por ser su día internacional tendrá que ser analizado al más alto nivel posible para repensarse la posibilidad de que un pacto de Estado lo incluya para unificar y clarificar las políticas de todas las instituciones.