La opinión del lector

Las rebajas electorales

R ajoy acaba de anunciar una reforma fiscal que bajará el IRPF al 17% en el caso del tipo mínimo, y al 43% en el máximo. Además de otras medidas de corte económico que irá desgranando a medida que avance la campaña. Bienvenido sea todo aquello que suponga una menor presión fiscal para los asfixiados contribuyentes —aunque las arcas del Estado recauden menos— si se mantienen o incluso mejoran los servicios públicos. Eso es eficiencia. No obstante, siempre que se producen anuncios de tal calibre me acechan una pregunta y una preocupación. La pregunta es cuánto de electoralista tienen estas noticias. Si la respuesta es mucho, supone un grave ejercicio de irresponsabilidad en la búsqueda de un puñado de votos. Si la respuesta es poco, resulta cuando menos curioso que siempre se produzcan en periodo electoral. Y la preocupación es por todos aquéllos que no pudieron resistir la etapa anterior y se vieron obligados a emigrar a otras tierras, buscando lo que su país no les ofrecía. Es entonces cuando recuerdo Estados Unidos, Francia, Escocia, Estrasburgo, lugares donde habitan familiares y amigos que cada vez se sienten más lejanos. Les haré llegar por Facebook, WhatsApp o Skype —únicos medios de contacto con ellos— la buena nueva. Por si alguno puede volver a casa por el 20-D. Perdón, por Navidad.

Debates ahumados

U na vez consumados los hechos, las palabras se las lleva el viento; como así sucede con el humo. Además, de nada vale desarmar al contrario y debatir a cara de perro (desplantes incluidos), ante proyectos con trueque electoralista y con un tufillo a cuerno quemado. Y como digo al principio, se consumarán los hechos, y poco de lo dicho se cumplirá; como se viene comprobando cada cuatro años.