Eficacia porque el descanso es un derecho

El ocio nocturno es un asunto especialmente conflictivo porque chocan de manera directa el derecho de quienes se divierten durante la noche o quienes tienen establecimientos, con aquellas personas que buscan el merecido descanso en sus propios hogares con la tranquilidad que a nadie se le puede negar. El conflicto sólo puede solventarse con una convivencia de ambos derechos a través del cumplimiento estricto de la legalidad.

Pero el problema que se está detectando es que se hace ineficaz el régimen sancionador contra quienes se saltan los horarios de cierre, generando unas molestias inaceptables y también una competencia desleal hacia el resto del sector.

Parece que el nuevo camino de establecer cierres temporales a los establecimientos puede ser adecuado si sirve para evitar esa impunidad que generan las trampas de los propietarios de establecimientos —con traspasos o con el uso del nombre de personas que son insolventes— para conseguir que las multas no lleguen a hacerse efectivas. Las instituciones están obligadas a perseguir a quienes incumplen las leyes y por ello el uso de nuevas fórmulas que si consigan la eficacia parece justificado porque esos que apuestan por el engaño en realidad a los primeros que dañan es a los auténticos profesionales del sector del ocio que cuentan con todos los papeles en regla, pagan sus impuestos y cumplen con la legalidad.

El Procurador del Común fue quien planteó esta idea en una recomendación dentro de sus pronunciamientos por las quejas de las personas que sufren los efectos de los excesos nocturnos. Y en el propio Ayuntamiento de León existe constancia de que sus tramitaciones con denuncias acaban en demasiadas ocasiones sin generar sanciones que lleguen a penar a quienes incumplen la legalidad. El camino que propone ahora la Junta servirá para evitar casos como el de algún local que no ha sido cerrado aunque acumula hasta 50 sanciones sin ningún tipo de eficacia.