EDITORIAL: Un desfase de temperaturas que genera un daño notable
León es una ciudad fría en invierno. Eso no lo puede dudar nadie. Pero junto a otras capitales del Norte de España sufre una especie de ‘leyenda negra’ térmica que acaba generando problemas. En las comunidades cantábricas se quejan y con razón de que las previsiones meteorológicas les otorgan siempre unas nubes y una persistente lluvia que no siempre se hace real. Y cuando toca hablar de temporales, de nieve o de temperaturas mínimas el nombre de León es uno de los más recurrentes. Esa circunstancia tiene unas consecuencias reales porque cuando alguien planifica un viaje una de las cosas que se mira es qué situación meteorológica se va a encontrar.
Y en este proceso existe un problema añadido que se genera porque la estación que facilita las mediciones de temperatura está situada en La Virgen del Camino, donde se registran entre dos y seis grados menos que en la capital de la provincia. Ese dato de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) entra a través de las nuevas tecnologías en un rápido proceso de expansión que la lleva a todo tipo de informaciones, app, webs o medios de comunicación de masas.
El problema es conocido pero nadie se ha puesto manos a la obra para solventarlo. El dato que se difunde como temperatura real de León ni siquiera se toma dentro de su término municipal. Y además procede de un lugar con unas condiciones concretas, con mayor altitud, más húmedo y más expuesto a las corrientes frías. Las informaciones alternativas confirman que existe un problema que debería paliarse. Si León quiere atraer visitantes debe evitar que un factor disuasorio tan notable se mantenga por más tiempo. La temperatura es la que es. Fría. Pero tampoco parece razonable ni bueno el ‘maquillarla’ a la baja.