TRIBUNA
El Cristo de Benavides: una joya desconocida
L a Unesco reconoce que la mayor parte del Patrimonio Cultural de la Humanidad se encuentra en la Europa cristiana, es decir, en la Europa Occidental. Se admite también que España es uno de los países con más patrimonio de esa Europa. Se sabe que en Castilla y León está la tercera parte del patrimonio cultural de España y la provincia de León es una de las más afortunadas en el contenido de ese patrimonio.
Debido a que el Reino de León fue el más importante de todos los reinos medievales de España, es natural que una parte importante de ese patrimonio cultural se encuentre, no solamente en León capital, sino en algunos pueblos que en el pasado tuvieron una gran importancia histórica. Benavides es uno de esos pueblos históricos, pues fue un señorío desde el siglo XIII y, desde el siglo XIV, tuvo uno de los mercados más importantes del Reino, el Mercado de los Jueves.
Muestra de ese patrimonio es el extraordinario retablo central de la iglesia parroquial así como la imagen del venerado Cristo de la Vera Cruz, que ha dado lugar a las famosas fiestas del Cristo de Benavides, festejadas desde el año 1460 (hace ya 555 años) sin interrupción alguna, ni siquiera en tiempos de guerra
Sin embargo, la verdadera joya del patrimonio cultural de Benavides es su Cristo Yacente y su Santa Urna. El historiador benavidense, Nemesio Sabugo, dejó en sus escritos que el Cristo Yacente era la verdadera joya de Benavides, una joya del siglo XIII.
Para darnos cuenta de la categoría artística del Cristo Yacente de Benavides lo mejor es escuchar a los expertos en arte. En la magnífica revista publicada el año 2011 por la Cofradía del Cristo Yacente de la Santa Urna con motivo del 15º aniversario de su fundación, encontramos un artículo del sacerdote de Benavides, Tomás Rodríguez Carbajo. En dicho artículo, nos describe un acto celebrado el 22 de marzo de 1966 en Benavides. Entre otras cosas, dice textualmente lo siguiente: «el Cristo de la Urna ha nacido para la devoción y para el mundo del arte. Fue Víctor de los Ríos el gran imaginero del pasado siglo quien lo descubrió debido a sus finos ojos de artista quien adivinó lo que había debajo de un ropaje que sólo dejaba al descubierto el rostro y los pies. Este descubrimiento fue el que dio origen a aquel encuentro de un buen número de artistas y escritores y al que alguien, sin poder precisar quien fue, le denominó el ‘Cristo de los artistas y literatos’. Entre las numerosas opiniones de los allí presentes, destacan las del Sr. Federico Muelas, que dijo: «es muy difícil pronunciarse en esta ocasión porque esto valdría a casi un plebiscito. Yo lo único que os digo es que tengo por hábito y por profesión, recorrido casi toda España y conozco los Cristos más importantes que en España existen, pero al llegar aquí me he encontrado con una gran sorpresa. Os diré estrictamente como artista que estáis en posesión de uno de los Cristos más maravillosos que posee España». En la misma revista de la cofradía hay una fotocopia de una carta enviada por Víctor de los Ríos a Paciano del Valle, párroco de Benavides, fechada el 15 de marzo de 1966. De los Ríos es considerado el imaginero más importante del siglo pasado y uno de los más importantes de nuestra Historia. Es autor de más de 600 imágenes distribuidas por toda España y por el extranjero, entre ellas cinco cristos yacentes. Entre sus trabajos de reparación se encuentran diversas imágenes de la provincia de León, entre ellas, además del Cristo Yacente de Benavides, destaca la Virgen de la Gracia de Mansilla de las Mulas. De su obra en el extranjero destaca el coro y las imágenes de la Catedral de México.
En esa carta se encuentran las siguientes frases: «aún no he reaccionado de la sorpresa al encontrarme con el maravilloso Cristo penitencial de Benavides. Ahora estoy avergonzado y agradecido por este descubrimiento. Le advierto que yo no puedo catalogar este Santísimo Cristo, pero como profesional, si grito muy fuerte, que es una pieza magnífica en todo: talla, policromía, anatomía y la mágica inspiración del artista, que supo manejar estos materiales con tanta maestría y emoción. Este Cristo es ¡único! Sepa pues, que este Santísimo Cristo está pidiendo a voces ser expuesto a la contemplación, admiración y devoción no sólo de sus feligreses, sino del mundo entero. La Divina Providencia, tan inagotable en recursos, les tenía reservada a ustedes esta embajada espiritual. Poco importa, con ser mucho, quien hizo este Cristo, su siglo, ante la magnitud de su presencia escultural. Ahí está para su contemplación. Puede ser con orgullo el Cristo de los artistas, de los escritores, de los que la vida a fuerza de golpes nos hizo duros. Con solo mirar al Santísimo Cristo de Benavides, todos los que lo contemplan cambiarán el curso de sus terquedades y se salvarán. Adelante pues, Sr. Cura, saque al Santísimo Cristo a la calle, a la ciudad, al mundo entero. Él hará lo demás».
Será difícil encontrar palabras más claras y elocuentes que las dichas por Víctor de los Ríos sobre el Cristo Yacente de Benavides. Al decir que este Cristo es ¡único! Da a entender que este Cristo Yacente es uno de los más hermosos de España y del mundo.
Esta joya artística la tenemos aquí en la provincia de León a disposición de todo aquel que ame el arte, que quiera contemplarla por admiración o por devoción. Merece la pena conocerla, nadie quedará defraudado. Estoy convencido de que en la provincia de León debe haber algunas joyas más como el Cristo Yacente de Benavides, joyas que deberían ser conocidas y valoradas. No debemos olvidar que muchos de nuestros pueblos tienen una existencia milenaria. Sin duda, otro tanto podría ocurrir en las provincias de Zamora y Salamanca.