Diario de León

EL CORRO

Abocados de nuevo a las urnas

Publicado por
PEDRO VICENTE
León

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Q uien pensara que después de las cuatro convocatorias electorales que se han sucedido a lo largo de 2015 —municipales y autonómicas en mayo, catalanas en septiembre y generales en diciembre— tendríamos por delante un tiempo político no condicionado por nuevas citas con las urnas, se equivocaba de palmo a palmo. No ha terminado la tregua navideña y los catalanes están abocados a nuevas elecciones autonómicas, con todo lo que ello implica desde que Artur Mas, Oriol Junqueras y compañía lanzaron el desafío soberanista.

Y lo peor es que la repetición de los comicios catalanes contribuye, y mucho, a cegar los dos pactos posibles para evitar la convocatoria de nuevas elecciones generales. Resulta obvio que un nuevo gobierno presidido por Mas y apoyado por la CUP se hubiera lanzado a declarar unilateralmente la independencia de Cataluña, un órdago ante el que hubiera sucumbido cualquier resistencia a un gobierno estatal sustentando sobre una «gran coalición» en cualquiera de sus distintas modalidades. Aplazado el órdago, desaparece esa presión y con ella se reduce mucho la posibilidad de un acuerdo que suscita un amplio rechazo en el seno del PSOE.

Al propio tiempo, la contienda electoral catalana obliga a Podemos a blindar su compromiso con el derecho a decidir en un referéndum, justo el escollo insalvable para articular su posible pacto con los socialistas, que es la otra única alternativa posible dentro de la endiablada aritmética derivada del 20-D. De ahí que la repetición de las elecciones catalanas arrastre en gran medida a la repetición de las generales.

Lo más insólito del caso es que el partido que tiene la pelota en su tejado, el PSOE, sería sobre el papel uno de los más perjudicados por la nueva convocatoria electoral, en la que correría serio riesgo de perder su precaria hegemonía en el ámbito de la izquierda. No sólo porque a Podemos le basta con acabar de fagocitar al electorado de IU, sino porque los socialistas afrontarían el trance tras un gran convulsión interna que diezmará aún más su cotización electoral. Desde la descomposición de UCD, no se recuerda en la política española un proceso de autodestrucción como el que se está empeñando en protagonizar el PSOE.

Por el contrario, el PP se vería claramente beneficiado por unas nuevas elecciones en las que, simplemente con recuperar parte del voto fugado hacia Ciudadanos, volvería a ser el partido más votado y con mayor diferencia sobre el segundo, lo que dispararía sus opciones de seguir gobernando.

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