EDITORIAL: Reforma necesaria pero que genera daños

La puesta en marcha de fórmulas para combatir el fraude fiscal es un objetivo compartido por todos. El excesivo volumen de la economía sumergida que existe en España genera un grave problema porque cada euro que se resta a las arcas de las administraciones públicas es un daño que se ocasiona a toda la sociedad y de manera especial al Estado de Bienestar que se financia con los impuestos pagados por los ciudadanos. Pero es cierto que cualquier reforma como la que ahora entra en vigor en España ocasiona unos daños colaterales en quienes sí cumplen rigurosamente pero ven variadas sus formas de tributación para aumentar los controles. Éste es el caso de un buen número de trabajadores por cuenta propia que actuaban bajo el paraguas de los módulos, el sistema fiscal que está considerado como el que acumula una mayor bolsa de fraude fiscal.

Ahora son casi 8.000 autónomos los que en la provincia se ven afectados directamente por esa reforma. Sus tramitaciones legales ante la administración se complicarán drásticamente generándoles un problema añadido. Pero lo cierto es que el cambio es necesario porque todo los expertos coinciden en que el mejor cauce para incrementar la recaudación del Estado es combatir las fórmulas de actuación con dinero negro que lamentablemente son tan frecuentes en la economía española.

Pero la duda es si a la hora de poner en marcha una reforma de este tipo se la acompaña de cauces que minimicen en lo posible esos daños colaterales, porque quizás se esté generando una terrible injusticia en quienes deberán pagar ahora las consecuencias por los fraudes de los que precisamente les estaban realizando una competencia desleal al no cumplir con sus obligaciones tributarias. El Estado tiene que evitar ese perjuicio pero la lucha contra el fraude debe ser un objetivo irrenunciable.