Diario de León
Publicado por
JOSÉ MARÍA CALLEJA
León

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V a Mas y dice que con la CUP no se puede ir a ninguna parte porque son de ultraizquierda. Se han debido hacer de ultraizquierda esta semana, pues antes del domingo de la negación eran abrazados (David Fernández) con un énfasis merecedor de fisuras en las costillas, lisonjeados, adulados, peloteados hasta la náusea, con tal que les dieran dos votitos, por favor, por favor, para que el cuarto de la lista fuera president de Cataluña.

Los propagandistas de Artur Mas dicen ahora que los de la Candidatura de Unidad Popular son del CNI, les llaman españoles como insulto y les linchan como nuevos traidores a los que echar la culpa de todo para no asumir ellos ninguna. Al paso que va, no descarten que un día Mas se levante pensando que todo el mundo en este país es traidor. Todos menos él, claro.

Nos habían dicho que el proceso político soberanista estaba al margen de las personas. Coherente con esa afirmación, un poco de rebaño y reiterada tantas veces como el no a Mas de Baños, el astuto Artur podría haber dicho: que no me quieren los de la CUP, pues me hago a un lado (atrás ni para coger impulso) y que Junqueras o Romeva sean presidente, que a ellos no les niega la CUP. Pero con su terquedad narcisista, Mas demuestra lo que siempre había negado y da la razón a los que afirmaban que el proceso era él. Artur Mas como rey Sol del proceso, como gran timonel que a base de usar metáforas marinas, de singladuras, vientos y velas hinchadas, ha acabado subastado como pescado.

Con esto de que la CUP son de hiperizquierda, Artur Mas parece decirnos que ha sido rechazado por una gente que hasta ahora pensaba como él, tenía el mismo origen que él, vestía como él, compartían peluquero y que sólo al negarse a votarle ha aflorado como verdaderos antisistema.

No se puede descartar nada en la política catalana, ni siquiera que un par de miembros de la CUP, que no se hayan hecho todavía de ultraiquierda, voten a Mas antes del próximo domingo a la hora cenicienta. No es probable, pero tampoco imposible. De no ser así, tendremos elecciones anticipadas, cuartas en cinco años, en las que ERC (segundos en la generales) y lo que queda del partido de Mas (cuartos en las generales) irán por separado. La clave será la plataforma electoral que puedan articular los de Ada Colau (sin ella en las listas, se quedará en la alcaldía de Barcelona), que ya fueron los primeros en las generales y que no darán un papel protagonista a los de Podemos, como ya hicieron el pasado 20 de diciembre, cuando el primero de este partido iba el quinto de la lista. La CUP partida en dos, o más, es una incógnita y quién sabe si algunos de ellos apoyaran lo que organice Ada Colau (12 escaños en el Congreso).

El proceso que empezó con entusiasmo en muchos catalanes y se gestionó con manifiesto cinismo por parte de algunos dirigentes, acabó provocando al final una extraordinaria frustración.

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