EDITORIAL
Inversión para poner al día los colegios
El paso de los años y especialmente los rigores generados por la crisis han dejado algunos centros escolares en una situación límite. La rápida construcción de los edificios en los años setenta y ochenta del pasado siglo no siempre se realizó de la manera más adecuada y, aunque los ayuntamientos realizan reparaciones periódicas en los colegios —y Educación en los institutos—, en líneas generales el deterioro se hace muchas veces especialmente evidente.
Muchos de los centros escolares ya superan o rozan el medio siglo de existencia y eso plantea un problema serio porque reclaman mucha más atención de las distintas instituciones públicas. En el caso del colegio San Isidoro se acumula un doble problema. Ahora se hacen públicas sus deficiencias estructurales porque el concejal delegado en el Consejo Escolar ha acudido al centro para conocer su estado. Y lo llamativo y realmente lamentable es que esa circunstancia ya sea singular. En ocasiones hay ediles que completan un mandato de cuatro años sin pisar ni una sola vez el centro escolar que les corresponde. La queja es frecuente entre los equipos directivos de los colegios y quizás eso explique que no siempre se conozcan de manera suficiente sus necesidades.
El concejal de León Despierta, Óscar Fuentes, ha recogido las quejas de padres y profesores y las ha transmitido al Ayuntamiento. El colegio San Isidoro presenta un serio deterioro que va más allá de lo físico, con una matrícula en franco retroceso —quedan 46 niños— porque se ha permitido una acumulación excesiva de alumnos que precisan atención especializada y eso tiene un efecto disuasorio.
Y en lo relativo al edificio no parece el lugar más adeuado ni para los pequeños ni para los profesores. En los últimos años se ha permitido una degradación en muchos centros que debería atenderse para ponerlos al día cuanto antes.