Lindo gatito

Gatos y perros tienen el mismo origen... un día desertaron de su mandato natural de monte y bosque y se tiraron al valle, a pie del hombre... ahí siempre hay depojos que jalar... primero, los robaban a escondidas, después los pordioseaban de lejos y, finalmente, acabaron comiendo de la mano... así entraron de empleados en la nómina de la cabaña o del poblado, de matarratones el gato, de peón de caza el perro... y se acostumbraron muy pronto a cobrar lo suyo engatusando o moviendo el rabo.

La tertulia se tiró un rato por el tema de perros y gatos. Cuidadín, arde, siempre hay polémica... como al plantear si la paella debe llevar cebolla o no, porque lo mismo que el mundo se divide entre partidarios de los Beatles o los Rollings, del Barsa o del Madrid, también lo hace entre quienes gustan de los perros y los que prefieren gato... pocas veces se ven casados los dos.

Una razón total que dan los gateros es que el gato es el único animal que jamás se verá en un circo, su indomabilidad y su independencia son algo raro y estético. A su vez, la razón del perrero es la lealtad inquebrantable del chucho o del perrazo, esa ley que le lleva a echarse a morir sobre la tumba del dueño, ese querer sin condiciones incluso a quien le maltrata.

Pero el gato campa en la noche... y de la noche trajinada huye el perro enroscado en su dormir. Qué diferentes. El día y la noche. Pero los dos se igualan en la escudilla que les esclaviza, ese comedero donde antes les ponían sobras de lo mismo que comía la gente y ahora les echan unos piensos que algún día acabará comiendo la gente.

Pregunta: ¿son las mascotas las que se parecen a sus dueños o es al revés? Un perro no es responsable de su cara, pero su dueño sí. Sin embargo, el gato no se parece a nadie, siempre es él, amén de los trucos o ritmos que pilla del hombre y añade a su estilo, como demuestra el gato más guapo del mundo, el cartujo o de Chartreux, azul, con ojos de brasa y adorablemente tranquilo por inventarlo los frailes de esa abadía, expertos además en destilar alcoholes exquisitos... o sea, de fiar.

Una más: ¿por qué el perro se asocia al hombre y el gato a la mujer?...