Un primer paso con la muralla

Desde el primer campamento romano León fue una ciudad amurallada. Sin embargo no tenemos los leoneses conciencia de estar intramuros, porque los ataques enemigos no solían llegar aquí, pues las batallas se libraban en otros lugares. Y los arrabales fuera de las murallas tenían mucha más vida, dejando el centro de la ciudad para los nobles, en cuyas casas solariegas se decidía el furturo de una población que tenía que buscarse la vida a diario. Vamos, nada que no nos siga ocurriendo a quienes habitamos estas tierras muchos siglos después.

Por eso si le preguntas a un leonés por las murallas de la capital casi no sabe que contestar aunque después suelen enviarte a la carretera de los Cubos. Casi nadie piensa en los otros cubos, los de San Isidoro. Y no digamos en los muros pétreos que persisten calles Ruiz de Salazar y la Rúa adelante, para enlazar con las cercas medievales que cerrarían la parte de abajo de la plaza Mayor para seguir por Caño Badillo y subir a Puerta Obispo, cerrando la vieja ciudad al llegar de nuevo a la citada carretera de los Cubos. O sea, que la muralla está ahí, pero no la tenemos en cuenta, por estar tapada en su mayor parte.

Pues bien León no es Lugo, ni Ávila, aunque tiene tanta muralla como ellas, pero no tan bien conservada, o tan a la vista. Por eso me parece bien ese afán por hacer visible y paseable la muralla, con ese primer paso de abrir una calle peatonal paralela a la Era del Moro, que comunique la parte de la muralla del patio de la vieja cárcel con la calle Ramón y Cajal, a la altura del número 10. No serán necesarias muchas obras, ni muchos gastos y se abrirá otro acceso a los peatones, que evitarán así las estrechas aceras de la Era del Moro.

Pero debe tenerse cuidado con este acceso, porque al quedar fuera del tráfico rodado es posible que se convierta en un gueto por el que dé miedo pasar, un sitio para las horas de luz, pero del que olvidarse por las noches, o también en un lugar céntrico y tranquilo para que los más jóvenes hagan botellón, justo al otro lado del muro de su instituto. Habrá que poner los medios para que esto no ocurra, porque de no ser así sería preferible que nos ahorrásemos los gastos de la peatonalización y todo quedara como está.