Mojado se levanta
G uerra ha llamado «niños malcriados» a Podemos y los ha comparado con los golpistas del 23-F. ¿Se ha pasado? Hombre, Tejero nunca se habría plantado en La Zarzuela en mangas de camisa. Comí en León con este político socialista hace años. Tenía ciertas reticencias hacia él, por su mala fama de faltoso. Me pareció serio, inteligente y humano. Además de un satírico. Ana Colau afirma que la sátira no es delito y se ha puesto de parte de los titiriteros detenidos por representar ante niños, en Madrid, una obra en la que además de un cartel con «Gora Alka-ETA» aparecían una violación y un ahorcamiento. Fue programada por el Ayuntamiento, a cuya concejala ya sólo le falta organizar campamentos de verano en el motel de Norman Bates. Según la alcaldesa de Barcelona, romesco de todos los platos antisistema, el caso lo está desproporcionando «la derecha vengativa». Curiosa interpretación. Al menos, Manuela Carmena ha considerado excesiva la detención pero calificó de «deleznable» la obra. Su colega catalana no fue tan rotunda. «Puede que la obra sea de mal gusto», dijo. ¿Sólo puede? Que la tortilla la quieras con o sin cebolla admite la duda, esto otro no. Colau pide que nos pongamos en la piel de los detenidos: «Acusados, encerrados y asustados con lo que les viene, sabiendo que a partir de hoy van a tener que lidiar con la maquinaria mediática sin escrúpulos que no soporta la disidencia y aún menos perder las elecciones». Criaturitas ¿En Barcelona les habrían pedido un bis? ¿La Generalitat les habría contratado bolos para sus embajadas?
Por su parte, Sánchez ha pedido ahora verse mañana con Rajoy. Supongo que no será para cantarle eso de «siempre que me preguntas/ que cuándo, cuándo, cuando/ yo siempre te respondo/ ¿qué parte del no, Mariano, no has entendido?».
En aquella comida, comprendí que Guerra es un Quevedo con gracejo. Iglesias le ha respondido sin respeto a las canas: «Le tenían que haber dado un Goya por su interpretación en Parque Jurásico». Pero con sus declaraciones contra la soberbia mesiánica del líder mozo estaba, sobre todo, advirtiendo a su propio partido que quien con niños malcriados pacta mojado se levanta. Aquí el pequeño Nicolás tiene barba y bigote.