cartas al director
c El personal de Cirugía Cardiaca y Cardiología escribe ‘A Mabel Valbuena, celadora del Hospital de León’: «Cuando hablamos de Mabel, hablamos de la cara humana de la palabra cuidar, algo que siempre se ha reflejado en tus ojos, en tu inmensa sonrisa, alegre, relajada, quien más o quien menos, requiere una sonrisa, un gesto amable, sentirse acompañado y escuchado, lo que siempre hemos visto en ti. Empieza una nueva etapa llamada jubilación. Emprender nuevos caminos, siempre implica una despedida. Las lagrimas y las risas aparecen al mismo tiempo. El momento de partir ha llegado y tus objetivos pasan a ser otros. No hay prisas para llegar al trabajo, sino para atender cada día una actividad que te dé placer, no tendrás que mirar el tiempo más que para saber si podrás pasear al día siguiente.
Has sido una trabajadora incansable, sin pretensiones, con tu labor callada y ahora debes ser una jubilada incansable. Nosotros tus compañeros de Cardiología-Cirugía Cardiaca, vivimos muchas experiencias contigo, unas alegres y otras no tanto valoramos todo tu esfuerzo porque siempre lo hemos vivido. Siempre has arrimado el hombro y sabemos que siempre lo arrimaras.
Mabel, te admiramos, ninguna frase o palabra puede definir los momentos que para siempre has vivido y los que te quedan por vivir.
Los que estamos, los que siempre han estado, los que nos acompañan siempre. Todos tus compañeros de Cardiología-Cirugía Cardiaca, te felicitamos, te recordamos, y honramos a una gran mujer, gran madre, excelente compañera y buena repostera.
Jubilarse, significa «gritar de alegría», brindamos contigo, para desearte una larga saludable y feliz jubilación».
c Pío Venaro García escribe una carta de agradecimiento por el trato recibido de los servicios sanitarios: «Quiero expresar mi agradeciento a la médica y enfermera de cabera doctora Milagros Sanz y Mónica Mateos por el trato recibido, que es excelente, pero algo está cambiando y no por ellas. Yo creo que les asignan más pacientes y visitas a los enfermos en su domicilio y se encuentran agobiadas, y eso que seguro que no está relacionado trabajo y sueldo. Su atención es siempre muy buena. Ahora toman tensión y glucosa, pero les asignaron pacientes para regular el sintrón. Un ejemplo del trabajo de la médica. El otro día saqué vez para recetas de mi señora Covadonga y fue con siete días de espera».