Diario de León
Publicado por
en positivo paco balado
León

Creado:

Actualizado:

N o estaría de más poner algunas cosas en su sitio o, por lo menos, en sitio distinto al que han sido colocadas desde hace un par de semanas por un sinfín de corifeos que se han apresurado a demonizar la detención y puesta a disposición judicial de los responsables de un espectáculo de títeres durante el Carnaval en Madrid, después de una denuncia realizada, no lo olvidemos, por unos padres que asistían a la misma.

Existe un derecho en toda sociedad abierta y democrática que es el de la libertad de creación y de expresión. Derecho protegido que debe ser amparado, también en este caso, sin duda. Junto a este derecho está también el de los padres que lo denunciaron. La dignidad de los que se hayan podido sentir heridos por el contenido de la obra en cuestión es un bien que también debe ser protegido. Juzgar con equidad entre ambos es labor de una justicia que, si creemos en el Estado de derecho, a buen seguro será aplicada, también en este caso. Respetemos siempre y, no sólo cuando interesa, la independencia de los jueces y fiscales.

Pero no era éste el objeto de mi comentario. Quería referirme al ruido mediático que ha rugido desde el mismo instante de la detención titiritera. Algunos la han criticado con argumentos de buena fe. Otros han aprovechado la circunstancia de la detención para proclamar: «todos somos titiriteros» soflama, a modo de mensaje movilizador de conciencias, que ha invadido periódicos y redes sociales de comentarios entrelazando la crítica del caso de los titiriteros con el IVA cultural, con la corrupción, con los recortes o con la ansiada llegada de los nuevos apóstoles de la política.

Sin embargo, es curioso constatar como estos predicadores de la libertad de expresión habitualmente se olvidan o, por lo menos, yo no he escuchado nunca que defiendan esa misma libertad de expresión para los presos políticos en Venezuela o Cuba, los derechos fundamentales y la dignidad para las mujeres que son diariamente lapidadas y vejadas en los países musulmanes, para los cristianos coptos en Egipto o los homosexuales en Rusia o Irán.

Estos defensores de la cultura titiritera tampoco han aprovechado su tirón mediático y sus galas para denunciar unode los fallos culturales más graves de las últimas décadas que no es que ellos tributen al tipo de IVA al que lo hacen millones de españoles, ni que les hayan reducido las subvenciones como a todos sino que el Gobierno, aunque sea en funciones, esté organizando, casi de tapadillo y no con los honores que requiere, la conmemoración del IV Centenario de la muerte del más ilustre creador español de todos los tiempos: Miguel de Cervantes y Saavedra. Eso sí que merecería un tuit del tipo: «Todos somos Cervantes.» Una lástima.

tracking