Diario de León
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EN BLANCO. JAVIER TOMÉ
León

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Ahora que resulta tan difícil gestionar el alicaído ánimo colectivo, ya que seguimos por las mismas puertas del Calvario, cobra un valor añadido la salutífera práctica del desahogo, tan recomendable en esta ciudad que tiene siempre el entrecejo fruncido. Y puesto que el tiempo tampoco acompaña demasiado, debido a esos nueve meses de invierno y tres de infierno que glosaban los clásicos, resulta de lo más recomendable buscar refugio en un centro lúdico a cubierto nacido con vocación de divertido campo de batalla, pero donde afortunadamente la cosa nunca termina como el rosario de la aurora. Simplemente por situar la cuestión, y dado que el ocio es uno de los grandes placeres de nuestra vida, Paintball Indoor, que abre sus puertas desde hace unos meses en Suero de Quiñones, es una apuesta única y liberadora puesta en marcha por una pareja de jóvenes dispuestos a enmendar la plana al fatalismo y la resignación imperantes. Ya saben, se trata de liarse a bolazos de pintura con los colegas, por el simple placer de pegar unos tiros y echar unas risas compartidas. Una propuesta que se ha ganado el favor de la opinión pública, especialmente en el pujante sector de los cumpleaños y las despedidas de solteros.

Algo lógico, pues el hombre es por definición un animal jugador. Me invitaron a probar el género y allá me fui con disimulos de principiante, aunque dispuesto a contar a los lectores por dónde van los tiros, y nunca mejor dicho. Así que pasé al ruedo como si fuera Gracita Morales entrando por la puerta de servicio, pero a las primeras andanadas de fuego amigo me perfilé en plan Clint Eastwood, comenzando a repartir granizados de estopa sin la menor compasión por mis contrincantes. El contexto se fue caldeando y, cegado por el barullo, hasta la cólera se te acaba subiendo al campanario. Pero en fin, jugar no hace daño a nadie y todo acabó entre el regocijo general y con el objetivo cumplido de pasar un rato de adrenalina y buen rollo. Y como guinda del pastel, el regalo de condones de cara a protegerse en futuros cuerpo a cuerpo. Un completo, vamos.

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