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León

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Estamos ‘legislados’

L eyes, por todas partes leyes. Hay que hacer leyes ¡contra!: El acoso escolar, el acoso machista, el acoso laboral, el acoso sindical, el acoso judicial y el acoso político, y etc, etc... Hay que hacer, aumentar y reforzar las leyes contra la violencia de género y contra la violencia social y la escolar, y la policial y la judicial y la política y la sindical y la televisiva y la familiar y etc. ¡Leyes y más leyes! También contra las fobias y las filias y todo lo que a mí me fastidia y contra todo el que piense distinto de mí; sea por memoria o por desmemoria que ahora lo llaman alzhéimer, porque la memoria histórica ahora se ha vuelto alzhéimer histórico=alzhéimer cultural y alzhéimer de sentido común.

Leyes contra los que no respetan los derechos de los animales (esos tíos son muy animales) y ¡menos mal que no hay leyes contra los que matan a seres humanos antes de nacer! Así esos no saben lo que es «haber nacido».

¿Leyes? ¿Nos faltan leyes? ¿Se arregla todo con leyes? ¿No hay más trampas cuantas más leyes hay? ¿No hay mucho gandul, mucho chorizo, mucho político a quienes no afectan las leyes? ¿Y no hay mucho aplicador de leyes que diluye, retrasa, empapela, o aplica alzhéimer a las leyes? Hay casos, imputados o investigados, tramas y demás que han entrado en fase de alzhéimer; otros que son «guadianas», aparecen y desaparecen; algunos que de vez en cuando se pasean por juzgados o por audiencias como por el parque, entran y salen sin que más se sepa… Es cosa de leyes.

Partidos, ayuntamientos, autonomías, instituciones (reinos de taifas todos ellos), hacen y deshacen, quitan y ponen, manchan y no limpian, inventan normas a medida del propio fanatismo, imponen a discreción, actúan a capricho y gastan a lujo de camarilla. Y cuando hay denuncias estas se vuelven alzhéimer, aunque… depende mucho del color y del justiciero de turno.

La partitocracia, las ideologías partidistas, la tiranía de los egoístas señores de la palabra engañosa, cambiante, disfrazada y prostituida que utilizan con impunidad y desvergüenza. ¡Tanta mala educación, tanto cinismo, tanto abuso, engaño y mentira! Todo ello punible si fuese juzgable. ¿Juzgable por los mismos que delinquen? Jueces y parte… Nauseabundo panorama en el que estamos instalados. ¡Por favor díganme dónde está la puerta! O mejor, váyanse todos por la puerta y déjennos vivir, que no nos hacen ninguna falta.

¡Maldita la desgracia de esta democracia!

Isidro García Getino. león

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