Diario de León
Publicado por
LA LIEBRE ÁLVARO CABALLERO
León

Creado:

Actualizado:

C uentan los apóstoles que dejó a cientos por las tierras de Luna y Babia, donde aún se le llora alrededor de una caldereta de cordero y una bota de vino cada que se juntan más de dos paisanos, que una noche don José Rodríguez Quirós declaró la guerra a los Estados Unidos de América. El magistrado, que por aquellos albores de la década de 1960 ocupaba la plaza de Potes como juez más joven de España, aprovechó uno de los recesos de la orquesta para subir al templete. Sin necesidad de investirse de más autoridad, informó con toda la solemnidad de la declaración de inicio de las hostilidades. Entre el murmullo de la concurrencia, congregada por las fiestas patronales de la villa, llamó al cabo de la Guardia Civil para que le acompañara y le ordenó que comenzara con el alistamiento. Disciplinados, como mandaba la época, un perqueño grupo de vecinos cumplió con la exigencia de la autoridad judicial. «Ya se les avisará», les despachó, antes de permitir que se reanudara el baile.

Medio siglo después, con la misma virtualidad de entonces, Pedro Sánchez convocó ayer a los afiliados socialistas de toda España, 3.005 de ellos leoneses, para preguntarles por su respaldo a un pacto «con distintas fuerzas políticas» que le permita ser presidente del Gobierno. No se alistaron ni siquera la mitad de los militantes, convencidos de que la guerra está perdida. El resto se dejaron llevar por un sentido de la disciplina que no evitó que, más de una cuarta parte de ellos, desaprobara las líneas básicas del acuerdo en el que se recoge al dictado de Ciudadanos la supresión de las diputaciones. Una medida para la que no cuentan con los votos necesarios, salvo giro radical del Hemiciclo, y que dejaría a León más a expensas aún de la Junta de Castilla, que esta semana ha celebrado el 33 aniversario de su estatuto de Autonomía. Desde entonces, Valladolid ha ganado 42.036 habitantes, mientras que la provincia leonesa ha perdido 43.484: una leva demasiado generosa.

Don José Rodríguez Quirós, que repartió magisterio por Cistierna, Trujillo, Tarrasa y Oviedo antes de jubilarse como magistrado de la Audiencia de León rodeado de honores y distinciones como un patricio romano —entre las que valoraba como máxima la de hijo predilecto de Sena de Luna— nunca renegó de aquella noche en Potes. A quien se interesaba por su guerra, siempre le contestaba con ironía: «Sigue declarada. En ningún momento firmé la paz».

tracking