EDITORIAL: Parón injustificable en la autopista del mar hacia Europa
La situación de la autopista del mar que unió en su momento Gijón con Nantes sufre una paralización difícilmente justificable. En su primera etapa se trataba de un proyecto para facilitar el transporte en barco con máxima celeridad pero requería una importante ayuda de dinero público. En septiembre de 2014 se paralizó esa línea que permitía un ahorro de diez horas en el camino hacia Europa de mercancías leonesas como la pizarra, el hierro o la madera.
Y desde hace meses hay un proyecto liderado por otra compañía naviera que pretende reabrir este enlace aunque sin ayudas públicas. Inexplicablemente el Ministerio de Fomento no da luz verde a una nueva autopista del mar que surge desde la iniciativa privada y cuyos promotores aseguran que sin que exista la pretensión de recibir dinero público.
El problema es que este bloqueo genera un daño a empresas leonesas que se ven obligadas a pagar unos sobrecostes derivados del uso exclusivo de la carretera para el acceso hacia Europa puesto que la alternativa de enlace marítimo que hay disponible es a través de Vigo, un puerto demasiado alejado de León como para que sea una opción viable.
Las infraestructuras de transporte son vitales para que las industrias puedan ser competitivas y a la carencia histórica que ha padecido el noroeste de España se une ahora este retraso en la autopista del mar. La supervivencia de las empresas actuales está en juego y también la posibilidad de que se puedan atraer nuevos proyectos importantes.
