De Reyes en abril
S erá por aquello de que el cambio climático ha convertido los meses del año en una sucesión de días sin ningún sentido en lo que a las condiciones climatológicas se refiere —lo que, dicho sea de paso, nos tiene a todos tan confundidos, como a mi este cambio horario al que no termino de acostumbrarme—. Puede también que hasta a sus ‘majestades magas’ les ha tocado eso de la reforma laboral y ahora por el mismo precio trabajan en jornada continua los 365 días del año, abriendo incluso nuevas vías de ‘negocio’, como las de mayores e instituciones públicas. Por lo que fuere, lo suyo es un no parar. A fuerza de recibir misivas de nuestra comarca, hasta el stock de los magos de Oriente ha experimentado un cambio profundo. Donde antes figuraban scalextriques o nancys, ahora se amontonan infraestructuras —de primera, segunda o tercera necesidad, según el caso—, servicios o reivindicaciones más o menos tradicionales. En algo se tendría que notar que llevamos más de cien días sin Gobierno, que Europa está en otras cosas y que hasta nuestra monarquía la pilla bastante atareada para resolver cuestiones de los que no tienen sangre azul y sí el alma negra de haber picado toda su vida carbón. No entiendo, sin embargo, a qué se puede deber el error de determinados municipios mineros de remitir sus misivas a la consejería de Economía y Hacienda, en lugar a ese palacio imaginario de Oriente, donde pareciera que todos los sueños se convierten en realidad. No veo yo a la Del Olmo en el papel de Baltasar y es por eso que leo, releo y vuelvo a leer alguna de esas cartas, y sólo acierto a pensar que se les han traspapelado las peticiones. No puede ser que no hayamos aprendido nada. Me resisto a considerar que algún regidor pueda estar tan alejado de su realidad como para incidir en el error de hace años. Tengo que volver a fijarme en el destinatario para comprobar que no son peticiones infantiles más propias de épocas navideñas.
Sólo confío en que en esta ocasión, la Junta no realice ‘dejación de funciones’ como entonces, que no escurra el bulto, como entonces — creo ciegamente que será así porque en esta ocasión está tirando de dinero propio— y deje que se cometan las atrocidades de entonces. Desde los municipios no mineros, no entenderíamos ni esa persistencia en el error, ni más agravios comparativos con la excusa de la minería.