Cerrar
Publicado por
fuego amigo ernesto escapa
León

Creado:

Actualizado:

E ntre La Pola de Gordón y el puerto de Aralla se extiende el valle del Casares, río que lo recorre desde Geras a Beberino. Sin embargo, por tratarse del valle nuclear de la comarca de Gordón, sus vecinos prefieren este apellido al fluvial. El inconveniente deriva de la coincidencia de nombre entre el río y un pueblo del valle vecino. Así que vamos a hilar fino. El Casares brota en la cordillera y embalsa sus aguas en una de las presas menos protestadas, seguramente porque la construyó la iniciativa privada para refrigerar la térmica de La Robla. La presa de Casares se selló un año antes de empezar a embalsar el Esla en Riaño. Luego, el muro fue recrecido para duplicar su capacidad de almacenaje y aumentar la inundación del valle.

El Casares es un río de breve pero intenso recorrido, pues no alcanza la veintena de kilómetros antes de desaguar en el Bernesga. No obstante, talla uno de los valles más hermosos de la montaña, que a partir del verano recorrerá la senda literaria del Celorio, basada en un relato de José María Menéndez. Beberino es el pueblo donde veraneaban los rebaños del monasterio de Guadalupe, como recuerdan los mosaicos de la virgen en los muros de la ropería, que acogía cada verano a un monje con los pastores. Remontando la carretera, se anuncian lejanos a la derecha Buiza y Folledo, dos pueblos de fondo de valle muy menguados por la emigración pero hermosos en su escenario natural. Cabornera tiene un manantial de aguas salutíferas que brota en la pendiente de los hayedos. Las hayas colonizan el abesedo y adornan los otoños con su sinfonía cromática. Pasado Cabornera, está el congosto donde primero se quiso represar el río, en un embalse fallido que los proyectistas bautizaron como Beberino.

Un ramal sube hacia el pueblo aguileño de Paradilla, donde descansó Celorio mirando las estrellas. Pronto la mano gigantesca del escultor Amancio fijará la meta del paseo, que homenajea la memoria de Orlando, joven víctima del grisú en la tragedia minera de octubre de 2013. Geras es la capital del valle, su pueblo más emprendedor, como revela la oferta de embutidos y restaurantes. El río lo recorre por su centro y lo hermosea. Hasta el puerto de Aralla la carretera serpentea para superar la pendiente. El lazo que dibuja ofrece estupendas vistas del valle y de su flanco vegetal, poblado de hayas. Aralla fue frente bélico y hasta hace unos años sólo lo habitaban los pastores. Ahora un hostal ofrece acogida y un rescoldo de cordialidad. Delante se encuentra el sencillo y emotivo monumento erigido en memoria del capitán Lozano, el abuelo de Zapatero fusilado durante la guerra por su lealtad a la República. Restos de trincheras proclaman el anhelo de victoria y la derrota de tantos sueños.

Cargando contenidos...